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A 10 años del rescate de los 33 mineros de San José: La historia que paralizó al mundo

Pasadas las 14:00 horas del jueves 5 de agosto de 2010 la noticia de un derrumbe en el yacimiento alertó a los familiares de los trabajadores, no había indicios de dónde estaban, y nadie se imaginó el impacto que tendría el hecho en sus vidas y en la Historia de Chile.

A 10 años del rescate de los 33 mineros de San José: La historia que paralizó al mundo

A 10 años del rescate de los 33 mineros de San José: La historia que paralizó al mundo

Diez años se cumplen este martes 5 de agosto del derrumbe que en 2010 dejó literalmente sepultados a casi 700 metros de profundidad a 33 mineros en el yacimiento San José, ubicado 30 kilómetros al noroeste de Copiapó, en medio del desierto de Atacama, al norte de Chile.

La historia que se desarrolló después, la búsqueda y el posterior rescate -que se convirtió en la transmisión por streaming más vista del mundo- marcaron no solo a los trabajadores y sus familias, sino que sirvió para la reflexión de las condiciones en las que se realizaban las labores mineras.

El día del accidente y los posteriores solo fueron de desesperación para los familiares, que inmediatamente instalaron el ahora célebre “Campamento Esperanza”, porque justamente eso fue lo único que los mantuvo firmes; la esperanza de encontrar a los mineros con vida. Fueron 17 días de espera, de trabajo intenso de las sondas que se instalaron a “taladrar” el desierto en busca de indicios de vida bajo tierra. 17 días en los que no hubo nada.

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En ese tiempo también se vio llorar en televisión al entonces ministro de Minería, -un desconocido Laurence Golborne que incluso vio pavimentado su camino a la candidatura presidencial después del rescate- que volvió al país de forma urgente tras saber del accidente, y que se quebró al no poder dar buenas noticias a los familiares que las esperaban.

“Estamos bien en el refugio los 33”

Hasta antes de que se supiera que los trabajadores estaban vivos y sin lesiones de gravedad, lo único que mantenía la esperanza de las familias era saber que bajo tierra había un refugio con oxígeno y comida para un par de días. Los cercanos a los mineros se aferraban a la posibilidad de que hubiesen alcanzado a llegar al lugar y aunque los días avanzaban y había consciencia de que la comida y el agua era escasa, había una posibilidad.

Hasta que llegó el domingo 22 de agosto, en que emergió de la tierra la sonda con pintura roja y una bolsa amarrada, al interior el mensaje corto, conciso y con la información que importaba, y que dio la vuelta al mundo; “Estamos bien en el refugio los 33”.

Fue el impulso de energía que se necesitaba para comenzar a urdir el plan de rescate, un rescate que no estaba exento de peligros, que podía terminar muy mal, y que nunca se había realizado antes, había que sacar desde 688 metros de profundidad a 33 personas.

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El rescate

Para poder llevar a cabo el rescate de los mineros se realizó un intenso trabajo de excavación, había varios planes, pero solo uno pudo terminar. La profundidad y la inestabilidad del terreno eran un problema que se fue solucionando de a poco, por eso era peligroso el rescate. Había que buscar además a las personas idóneas para ayudar a subir a los trabajadores que contaban con una serie de enfermedades de base y otras condiciones, y a eso había que sumar el hecho de haber estado aislados y bajo tierra durante tanto tiempo.

Si bien ninguno estaba herido, y las cámaras que se enviaron a través de la sonda que subía y bajaba con comida y agua mostraron a los mineros entusiastas y en buen estado de salud, preocupaba cómo iban a reaccionar una vez afuera.

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Pese a todo, finalmente llegó el día del rescate, fijado para el 13 de octubre de 2010. Se hicieron tres cápsulas llamadas “Fénix” -igual que el ave mitológica que emerge desde las cenizas-, las que llegaron hasta el yacimiento desde Talcahuano, ya que fueron confeccionadas por los Astilleros y Maestranzas de la Armada de Chile (Asmar), y fue la número 2 la que finalmente subió y bajó ininterrumpidamente por 25 horas y 12 minutos desde que bajó el primer rescatista hasta que salió el último minero y el último rescatista.

En el fondo de la mina quedó una bandera chilena y el cierre del rescate visto por millones de personas fue calificado por todos como exitoso.

Los 33 mineros

Los 33 mineros fueron rescatados en orden, que fue acordado entre los mismos trabajadores y las autoridades de gobierno y de salud que estaban en el lugar.

Así, emergieron uno a uno Florencio Ávalos, Mario Sepúlveda, Juan Illanes, Carlos Mamani, Jimmy Sánchez, Osmán Araya, José Ojeda, Claudio Yáñez, Mario Gómez, Álex Vega, Jorge Galleguillos, Edison Peña, Carlos Barrios, Víctor Zamora, Víctor Segovia, Daniel Herrera, Omar Reygadas, Esteban Rojas, Pablo Rojas, Darío Segovia, Jhonny Barrios, Samuel Ávalos, Carlos Bugueño, José Henríquez, Renán Ávalos, Claudio Acuña, Franklin Lobos, Martín Petri, Juan Carlos Aguilar, Raúl Bustos, Pedro Cortez, Ariel Ticona y el capataz de turno, Luis Urzúa.

Fue Luis Urzúa el que simbólicamente le «entregó el turno» al entonces Presidente de la República, Sebastián Piñera, quien lo recibió en las afueras del yacimiento.

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Qué pasó después

Tras el accidente se abrió una investigación penal para determinar las responsabilidades de los dueños del yacimiento minero en el accidente, aunque tras varios años se cerró sin imputados, lo que generó la indignación de los rescatados.

La mina fue cerrada, y en el lugar donde estuvo el Campamento Esperanza se erige un monumento que recuerda lo que ocurrió allí. En Copiapó además hay un museo donde hay elementos personales de los trabajadores y donde está la cápsula fénix que los sacó desde el fondo de la mina y el famoso “papelito” que anunció que los 33 estaban con vida.

31 de los 33 mineros abrieron una causa civil de demanda contra el Estado de Chile por negligencia en las condiciones de seguridad de la mina, el que determinó en 2018 el pago de $80 millones a cada uno por “daño moral”.

La historia de los trabajadores llegó también al cine, inspirando una película protagonizada por Antonio Banderas.

Los mineros hoy tienen distintas ocupaciones, muchos de ellos han recorrido varios lugares de Chile y el mundo contando su experiencia, una que quedó marcada en la Historia de Chile.

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