Descubren millonario tesoro en Curepto
Un galeón español se hundió en 1770, en las costas de la región del Maule, llevando consigo objetos de plata y oro avaluados en US$ 30 millones.
Un tesoro que podría superar ampliamente los 30 millones de dólares fue encontrado en las costas de Curepto por la empresa Oriflama S.A., y que corresponde a la embarcación española del mismo nombre que se hundió en las costas del Océano Pacífico, el 27 de julio de 1770, luego que la tripulación muriera a causa de escorbuto, que es una enfermedad producida por la ausencia o escasez de alimentos con vitamina C, que se caracteriza por hemorragias cutáneas y musculares, según consigna el Diario El Centro de Talca.
La gran embarcación, de más de 40 metros de largo por 12 de ancho, zarpó desde el puerto de Palos con destino al virreinato del Perú con gran cantidad de fina cristalería, cuchillería, muebles de lujo, fierros, cañones y vestuario decorado en oro, pero nunca llegó a su destino.
Desde entonces, es decir, hace 238 años, fue intensamente buscado por la corona española, sin resultados positivos. Pero hoy, según revela José Luis Rosales, gerente general de Oriflama S.A., la suerte cambió y el galeón fue ubicado no en el fondo del mar, como siempre se pensó, sino disgregado bajo la arena de la playa La Trinchera, ubicada entre las desembocaduras de los ríos Huenchullami y Mataquito, en la comuna de Curepto. Aunque el hallazgo ocurrió hace 2 años, recién hoy se da a conocer la noticia que pretende llenar de turistas y curiosos al sector.
“Esta es una aventura que iniciamos hace 10 años y en este momento tenemos la certeza científica que encontramos los restos de este antiguo barco hundido hace casi 240 años”, dijo Rosales.
Aclaró que la embarcación no traía oro, como han informado algunos, ya que ese metal era llevado a Europa desde América y no a la inversa. “Tenemos hasta una copia del manifiesto de carga del Oriflama. Está ubicado en la playa La Trinchera, en la ribera norte del Huenchullami, en la franja intermareal, a más de nueve metros de profundidad”.
El grupo de cazatesoros está compuesto por geólogos, biólogos marinos, abogados, ingenieros y cuatro cazadores de meteoritos, que han gastado en esta etapa inicial de investigación y sondajes, un millón de dólares, aunque la operación total alcanzará a más de 14 millones de dólares, no mucho, si se considera que los retornos podrían llegar a mucho más del doble de la inversión, según se ha estimado.
El hallazgo fue posible gracias a estudios de geofísicos, detectores de metales, maquinaria de sondaje minero y otros instrumentos que permitieron llegar al punto exacto de ubicación de la nave. El trabajo de recuperación está dividido en varias etapas, como la construcción de un “cofferdam”, que es una estructura que permitirá excavar hasta unos 13 metros. Posteriormente, se hará otra excavación perimetral de 9 metros en la arena y luego se dará paso al rescate, utilizando técnicas de última generación.