Restricción a catalíticos no contribuye eficazmente a la descontaminación
El Ingeniero del Tránsito Louis De Grange sostuvo que no existen estudios serios que avalen la eficacia de restringir a autos catalíticos y señaló que la medida sólo se aplica porque es fácil de implementar, dijo en ADN Radio.
No existe ningún estudio científico serio que determine cuál es el efecto real que tiene aplicar una restricción a vehículos con convertidor catalítico, como una manera de contribuir a la descontaminación en días de emergencia y pre-emergencia.
“Son tantos los elementos que actúan en este fenómeno que yo, por lo menos, no tengo antecedentes de algún estudio serio que mida la real eficacia de esta medida. Por lo demás, desde el punto de vista técnico y socioeconómico es una medida bastente inferior y torpe. La única gracia que tiene es que es fácil de implementar”, señaló el Ingeniero del Tránsito y académico, Louis De Grange, a ADN Radio.
Agregó que restringir a vehículos catalíticos es una opción “aparentemente justa, pero lo cierto, es que es todo lo contrario, porque se está castigando por igual a gente que tiene el automóvil en perfecto estado y a quienes tienen su vehículos en malas condiciones mecánicas”.
De Grange sostuvo que, si bien la restricción puede disminuir en algo al contaminación y congestión vehicular, el problema es a qué costo. “Si nos vamos al extremo en que paramos la ciudad, claro, no vamos a tener contaminación, pero tampoco no habría producción alguna y no podríamos vivir. Hay otras medidas que son mucho más eficaces, desde el punto de vista técnico, que tienen mayores beneficios sociales, pero la verdad es que no ha existido la voluntad política para estudiarlas. Hay proyectos de ley que están congelados desde hace años en el Congreso.
Una de estas medidas la constituye la emisión de bonos transables. “Con esta política cada persona tiene estimulo económico claro , en este caso, a mantener el auto funcionando correctamente. Con la actual restricción, por ejemplo, se está castigando por igual a un auto del año 1993, que tiene 15 años y cuyo catalizador dejó de funcionar hace tiempo, que a una persona que cambió el catalizador o tiene un auto más nuevo, y esto sólo porque la medida es fácil de implementar”, explicó el académico.
En este sentido, dijo que un automóvil con un uso promedio de 20.000 km. al año, luego de 5 años debería contar con un aparato nuevo para que su contribución a la descontaminación sea realmente efectiva.
Señaló que un buen convertidor catalítico, dependiendo del modelo y marca del vehículo, tiene un costo que fluctúa entre los $ 350.000 y $ 600.000. Puntualizó que aunque el precio no es barato, “sí es necesario cambiar estos dispositivos, tal como otros repuestos, como la batería y los neumáticos. Si no fuera por la revisión técnica obligartoría muchos andarían con sus neumáticos lisos y pondrían en serio riesgo a todos los demás. En el caso de los catalíticos es lo mismo, se tiene que fiscalizar el correcto funcionamiento del catalizador del automóvil y en las revisiones técnicas esto debiera hacerse efectivo”.