Nuevos sonidos clásicos de Irlanda

Es la tierra de los ancestros de O’Higgins, de la cultura celta, de parajes intensamente verdes, de whiskies y cervezas que son auténticos manjares, y por supuesto, es también la patria de bandas icónicas como U2, Thin Lizzy y Cranberries.

Pero Irlanda también posee una vasta escena en el ámbito de la música de tradición escrita, con abundantes orquestas, coros, conjuntos de cámara y solistas.

Y todos ellos no serían nada si no hubiese quienes escriban la música, y por cierto que la amplia fauna de creadores musicales en la isla cuenta con los vehículos necesarios para llevar su trabajo a las audiencias.

El festival New Music Dublin, iniciado en 2013, precisamente se dedica a presentar el trabajo de los compositores irlandeses actuales, con una parrilla que apunta hacia lo internacional, de la mano de nombres relevantes a nivel mundial. ADN estuvo presente en la más reciente versión, realizada del 28 de abril al 1 de mayo pasados.

Los interesados en la creación actual recordarán la visita del compositor estadounidense John Luther Adams al Puerto de Ideas de Valparaíso en 2016. Allí, Adams expuso sobre cómo conecta su trabajo compositivo con la preocupación por la problemática del cambio climático.

En A Brief Descent into Time, presentada en la catedral Christchurch de Dublín, se percibe esa tendencia del compositor a eliminar la percepción del tiempo, llevándonos a un estado reflexivo sobre los cambios geológicos acontecidos en un lapso de billones de años. La pieza fue presentada por el Chamber Choir Ireland, un coro de relojería, prístino, preciso, que dirige Paul Hillier.

El festival es una buena oportunidad de escuchar con un par de días de diferencia a las dos orquestas sinfónicas que hay en Dublín: la Sinfónica Nacional de Irlanda y la RTÉ Concert Orchestra.

La primera rindió homenaje al relevante compositor holandés Louis Andriessen, fallecido el año pasado, presentando una robusta composición titulada Anachronie I. El programa se completó con Alba de la británica Rebecca Saunders, y una atrayente pieza del irlandés Benjamin Dwyer, In Memoriam Maharishi Mahesh Yogi, en recuerdo de quien fuera gurú de meditación de los Beatles en la India.

La RTÉ, por su parte, es un versátil conjunto, que aborda musicales, proyectos crossover, música de cine, hasta lenguajes modernistas. Presentó cuatro estrenos absolutos de los compositores irlandeses Garrett Sholdice, Andrew Synnott, Ailís Ní Ríain y Stephen Gardner. De este último, su obra Deliverance brilló por su elocuente solidez y da cuenta de un aspecto transversal en la música irlandesa, la importancia del aspecto rítmico.

Punto alto fue el recital de piano ofrecido por Isabelle O’Connell, irlandesa pero radicada en Nueva York, y que se ha especializado en música contemporánea. Un programa que contempló principalmente compositoras irlandesas (Siobhán Cleary, Linda Buckley, Ann Cleare, Donnacha Dennehy, más los estadounidenses Nina Young y Chris Cerrone), y que fue un despliegue de virtuosismo técnico, en obras que involucran desde la intervención del piano con objetos externos hasta pistas electrónicas.

Uno de los grupos más destacados en cuanto al cultivo de música contemporánea en la isla es el Hard Rain Soloist Ensemble, procedentes de la ciudad de Belfast. Bajo la dirección de Sinead Hayes, presentaron dos obras llena de fuerza de las compositoras Rhona Clarke y Elaine Agnew, intercaladas con piezas de quien es considerado uno de los más eminentes creadores irlandeses vivos, Frank Corcoran, de 78 años. Toda música de alta artesanía en la escritura, interpretada con pasión y dedicación por estos músicos norirlandeses.

Dada la gran cantidad de participantes, la presente crónica da cuenta de algunos de los puntos destacados de estos cuatro días de música. Un encuentro que el próximo año cumple una década de existencia.