¡Con ovación de pie! Pedro Aznar emocionó al Movistar Arena en íntimo concierto colaborativo

A eso de las ocho de la noche, con cerca de 1/3 de la capacidad del Movistar Arena ocupada, aplausos y un sonido envolvente, la instancia Tierra de Hermanos y Amigos, generada por Pedro Aznar, dio su puntapié inicial. Un concierto de casi tres horas, que contó con la participación de Nano Stern, Manuel García, Víctor Heredia y Elizabeth Morris. 

Asientos numerados y un espacio íntimo fue casa de al menos dos canciones icónicas por artista, las cuales mantuvieron una línea acústica, con algunos elementos de percusión y que se presentaba entre los gritos por «el pueblo unido» y «la libertad de los presos de la revuelta».

La aplaudida llegada de Pedro Aznar al escenario

Con ovación fue recibido el compositor y poeta, quien en solitario y con guitarra en mano se dispuso a encender al público del Movistar Arena.

«Es un momento histórico, para ustedes, nosotros, para toda la región. Es un con cierto hermoso, donde lo vamos a rendir con gente que es familia» comenzó diciendo el artista.

«Volver a vernos las caras, volver a tener abrazos, volver a tener rituales hermosos, es simplemente una bendición así que les agradezco enormemente» complementó.

Entre risas, el músico explicó cómo sería la dinámica de este encuentro, detallando que haría un paso por diversas canciones icónicas de su carrera y que también incursionaría en creaciones más nuevas.

Bajo este contexto, los asistentes fueron testigos de temas como Fotos de Tokio, Los Chicos de la Calle y A Primera Vista, los que estaban acompañados con imágenes proyectadas en una pantalla gigante a las espaldas del artista.

Entre cada canción, el músico se dio el tiempo de explicar la historia y contexto que la precedía, generando un vínculo personal con el público, quienes a ratos sentían la libertad de gritar por ciertas canciones de sus preferencias. Entre ello, Pedro Aznar aprovechó la instancia para entregar una potente reflexión sobre la pobreza y el impacto de esta en los niños y niñas del mundo. «La deuda más terrible que tenemos como nación, es la deuda que tenemos con nuestros ciudadanos y ciudadanos, principalmente en la infancia. Somos un continente donde más del 25% de los pobres son chicos, y eso es una estadística imposible de tolerar y digerir» reflexionó el artista.

Pedro Aznar, Elizabeth Morris, Nano Stern, Víctor Heredia y Manuel García en el escenario

El intérprete de Quedándote o Yéndote fue la vértebra medular que sostuvo lo que denominó como «festival de familia«, haciendo referencia a su conexión con el resto de los músicos, encargándose también de dar paso a los artistas invitados a entrar al escenario.

En el caso de Elizabeth Morris, el cantautor confesó que tuvo un momento de debilidad con un particular tema, Décimas, el cual escuchó primeramente en la voz la artista chilena Francesca Ancarola, momento en el que se dispuso, junto a Morris, a entregar una versión extendida.

Asimismo, el trovador argentino, Víctor Heredia subió al escenario y se dispuso a interpretar Un Simple Abrazo junto a Aznar en lo que fue un dueto armónico, mientras el registro del video oficial del tema publicado en 2021, coloreaba sus espaldas.

En el caso de Nano Stern, los músicos se detuvieron a proponer una potente reflexión con respecto al contexto de migraciones, acto que acompañaron con la canción del chileno, Festejo de Color.

«Nosotros cuando vemos a alguien, que viene llegando, que dejó su país no porque quiso, sino porque no le quedó otra tenemos dos alternativas: ser unos miserables, o reaccionar con cariño, con bondad, y con generosidad» agregó Nano Stern previo al inicio de la canción.

El turno de Manuel García llegó con una dedicatoria al escritor Pedro Lemebel, siendo el cronista «el corazón que late» bajo la canción Si No Hablamos.

Bajo el alero de creaciones con toques de homenaje, Pedro Aznar, acompañado a sus espaldas con una imagen del cantautor chileno, Víctor Jara, comenzó a tocar los acordes de Deja la vida volar, los cuales dieron inicio a una impactante presentación que entre gritos eufóricos del público, retumbó en las paredes de la cúpula.

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«Nuestro trabajo, en los frutos de la generosa tierra recibe la fuente de toda riqueza. Hoy, la democracia, la dignidad humana y la vida misma están en peligro. Nuestra mejor herramienta, como siempre, es la conciencia» finalizó Aznar entre la ovación de los presentes.

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