Historiador revela el verdadero ‘Señor de las Moscas’: Cuando 6 niños naufragaron 15 meses en una isla desierta del Pacífico
A diferencia de la popular obra literaria, la realidad reveló la naturaleza colaborativa del hombre.

El historiador danés Rutger Bregman reflotó en el periódico The Guardian una historia ocurrida en los sesenta en Oceanía, y que viene a contradecir la trama de la popular novela publicada una década atrás, «El Señor de las Moscas«, al revelar la historia de seis niños que naufragaron en una isla desierta, y que al colaborar mutuamente lograron sobrevivir sin mayores inconvenientes.
La novela de 1951 narra la historia de un grupo de niños que naufragan en una isla desierta y sin adultos, y ante la ausencia de normas y límites va apareciendo el lado salvaje del ser humano, lo que termina hasta con asesinatos antes de ser rescatados. Sin embargo, en octubre de 1966 ocurrió una historia en la vida real que vino a contradecir esta sombría obra de ficción.
En octubre de 1966 el capitán de un barco, llamado Peter Warner, divisó a la distancia la isla de ‘Ata al sur del archipiélago de Tonga, en la Polinesia. Le llamó la atención que habían arbustos quemados, ya que no es muy común los incendios forestales espontáneos en la mitad del Pacífico. Al acercarse, encontró que en la isla que se suponía deshabitada desde 1863 se encontraba un niño desnudo y con el pelo hasta los hombros haciédole señas, y posteriormente advirtió de otros cinco muchachos. Al breve tiempo uno de ellos nadando alcanzó el bote, y al subirse le dijo a Warner en inglés «mi nombre es Stephen. Somos seis y llevamos acá 15 meses«.
Resultó que los niños entre 13 y 16 años estudiaban en una estricta escuela católica de Nuku‘alofa, la capital de Tonga, donde estaban aburridos de las normas y la calidad de la comida. Se les ocurrió el osado plan de escapar a Fiji, a unos 800 kilómetros, o incluso quizá alcanzar Nueva Zelanda. Para eso robaron el bote de un pescador que detestaban, llamado Taniela Uhila, y lo cargaron con escasos suministros: Unos plátanos, cocos, y una cocinilla a gas. No tenían ni mapas ni brújula.
En la noche tras quedarse dormidos se perdieron, y estuvieron a la deriva por ocho días sin comida ni agua. Cuando llovía y podían juntar un poco de agua dulce dentro de uno de los cocos, se la repartían equitativamente: Un sorbo en la mañana, y un sorbo en la noche, así hasta que lograron llegar a la isla de ‘Ata.
Cuando Warner los encontró, «los niños habían armado una granja de comida, tenían troncos huecos de árboles para recolectar agua, un gimnasio con curiosas pesas, una cancha de badminton, un gallinero, y fuego. Todo hecho a mano con un cuchillo viejo y mucha determinación«, señaló el capitán en sus memorias.
Al dar aviso a Nuku‘alofa, le contaron a Warner con mucha alegría que los niños habían sido dados por muertos hace tiempo, e incluso se habían realizado sus funerales. Al volver a la civilización, la policía arrestó a los niños por robar el bote de Taniela Uhila. Los liberaron tras llegar a un acuerdo con el pescador para poseer los derechos cinematográficos de la historia.
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