El día en que Chile quiso vender Isla de Pascua a la Alemania nazi
La gestión fue realizada por el gobierno conservador liderado por Arturo Alessandri.
Un presidente chileno intentó vender la Isla de Pascua, reconocida por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad, que estuvo cerca de pertenecer a Alemania en 1937, cuando los nazis y Adolf Hitler asustaban al mundo. La operación fue tratada como secreto estatal por el gobierno conservador de Arturo Alessandri Palma. La historia se desvela en el libro "Rapa Nui" (Ediciones B) del escritor español Mario Amorós.
Alessandri quería dos cruceros y pensó en deshacerse de la isla ubicada a 3.500 kilómetros. El territorio era chileno desde 1888, pero sólo en 1966 le reconoce derechos civiles y políticos. "Para el Chile continental la isla era sobre todo un lugar marcado por el estigma de la lepra y para el poder político, un lugar lejano, cedido a la Armada y arrendado a una compañía privada, con muy escaso valor", cuenta Amorós.
El gobierno temía una alianza Argentina-Bolivia-Perú. Por entonces los trasandinos mandaban a construir ocho barcos de guerra y en la administración de Alessandri se despertó la "envidia". Por ello durante 1937 se ofreció la venta de la isla al mejor postor: Estados Unidos, Japón, Reino Unido y Alemania. Chile le compró al régimen de Hitler 36 aviones y mantuvo negociaciones entre 1935 y 1939 por Rapa Nui.
El académico húngaro Ferenc Fischer, encontró un documento en el archivo del Ministerio de Asuntos Exteriores en Bonn que resumía una entrevista entre el embajador de Hitler en Chile y el entonces ministro chileno de relaciones exteriores, José Gutiérrez Alliende, celebrada el 14 de agosto de 1937. En ese encuentro, explica Amorós, la Alemania nazi buscaba confirmar las intenciones chilenas de venderles la isla.
El 17 de noviembre de 1930, el agregado naval estadounidense en Chile, I.H. Mayfield, informó a su país de la oferta de Chile: Un millón de dólares por la isla. En otro informe del 8 de junio de 1937, el nuevo agregado naval de EEUU, A.S. Merrill, informa con carácter confidencial que Alessandri había decidido ofrecer la venta o el arriendo de Rapa Nui para "financiar la construcción de dos cruceros en el extranjero".
Ninguna de las negociaciones secretas llegó a prosperar, aunque sólo se conoció las razones de los británicos. "Descartaron la compra de la isla porque consideraron que su valor, desde el punto de vista naval, era escaso. No obstante, tanto Londres como Washington estimaron que era conveniente que ni Japón, ni Alemania, ni tampoco Italia, se hicieran con la isla”, explica Mario Amorós en su libro.