La historia de las mujeres que volaban las cabezas de los nazis
La investigadora rusa Lyuba Vinogradova presenta su libro "Ángeles vengadores".
Eran en su mayoría muy jóvenes y procedían de toda la Unión Soviética. El Ejército Rojo las reclutó en la Segunda Guerra Mundial como francotiradoras y debían apuntar a la cabeza de los soldados enemigos. Su misión era matar nazis volándole los sesos. Muchas consiguieron largas listas de víctimas, pero prácticamente ninguna no se desmoronó al alcanzar con su arma a un ser humano. Tampoco se libraron de soportar el acoso y los abusos de sus mandos y compañeros varones, mayormente ebrios.
Pese a que varias se hicieron muy populares y consiguieron el título de "Heroinas de la URSS", no pudieron hacer carrera en el ejército y a menudo se les trató de prostitutas. La investigadora rusa Lyuba Vinogradova relata esta historia en "Ángeles vengadores". Ella, que ya publicó una obra sobre las asombrosas aviadoras soviéticas "Las brujas de la noche", incluye en su libro los testimonios de algunas francotiradoras a las que conoció y entrevistó. Como la de Yekaterina Térejova, de 90 años y con una cojera por una herida de guerra en Sebastopol, quien abatió a treinta alemanes.
Informa El País que esta cifra es baja ante la de Liudmila Pavlichenko, considerada la mejor francotiradora de todos los tiempos, a la que se acreditan 309 víctimas. Las francotiradoras y las aviadoras fueron la élite de las mujeres soldado soviéticas, de las que el Ejército Rojo envió al frente más de medio millón -más si se incluyen las partisanas y las milicias civiles- para servir en todos los puestos, desde infantería a zapadoras, artilleras y tanquistas. Vinogradova cita que algunos estudios apuntaban que ellas podían tener más rendimiento que los hombres, al ser más tranquilas y pacientes.