Son históricos: Chile derrota a Yugoslavia y consigue el tercer lugar de la Copa del Mundo 1962
El gol de Eladio Rojas en Santiago se convierte en el más importante en la historia del fútbol chileno.
Parecía que el partido iba a terminar en tablas cuando Eladio Rojas tomó el balón en mitad de cancha, enfiló hacia el arco yugoslavo y disparó desde 30 metros un tiro que se desvió levemente en un rival antes de convertirse en el 1-0.
El de esta tarde en el Estadio Nacional de Santiago, es el más grande triunfo en la historia de la selección chilena de fútbol, que logró el tercer lugar en la Copa del Mundo 1962 disputada en nuestro país.
El trámite del encuentro dio muestra del largo recorrido que vivieron ambas escuadras antes de llegar a este partido. Los chilenos llegaron a semifinales, donde se encontraron con Brasil. Yugoslavia vivió lo mismo ante Checoslovaquia.
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Fue un partido que careció de la intensidad de otros juegos del equipo de Fernando Riera. En parte, esto se explicaba por las lesiones que sufrieron durante el match Jorge Toro, Carlos Campos y Manuel Rodríguez.
Pero quienes no se cansaron fueron los miles de hinchas que llegaron al Estadio Nacional, en parte tristes por no poder ver a Chile en la final y en parte alegres por poder despedir esta campaña histórica de la selección en sus pastos.
Hasta que llegó el momento más importante del fútbol chileno. Cuando se jugaba el último minuto de partido, el portero Adán Godoy –que reemplazó a Misael Escuti tras los cuatro goles de Brasil en semis- cedió para Luis Eyzaguirre, este la entregó a Eladio Rojas, que avanzó sin oposición y terminó, con una cuota de suerte, marcando el 1-0 definitivo.
Fue gol y final del partido. El Nacional se vino abajo con este tercer lugar de Chile en la Copa del Mundo 1962.
Fueron cinco partidos en los que el equipo nacional demostró todo su nivel, venciendo a Suiza, Italia y perdiendo ajustadamente con Alemania Federal en la fase de grupos. En cuartos de final eliminaría a la Unión Soviética de Lev Yashin, aunque el Brasil de Garrincha apagó todos los sueños. Pero Chile se despide feliz, ganador, tercero del mundo.
