Patricio Reyes sobre el descenso de la U: «Hay una herida en mi corazón que nunca pudo cicatrizar»
El ex lateral azul también comentó cómo vivió el episodio de la bengala a Roberto Rojas en el Maracaná.

Patricio Reyes sobre el descenso de la U: "Hay una herida en mi corazón que nunca pudo cicatrizar"
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Por Cristián Alejandro Cavieres
A sus 62 años, Patricio Reyes sufre de asma y es por eso que está en el grupo de riesgo en esta pandemia del Covid-19, no obstante, desde su casa en el centro de Santiago realiza su teletrabajo como cualquier ciudadano.
Es la vida del ex lateral de Universidad de Chile y la Selección, quien muy reacio a las entrevistas accedió a conversar con ADN Deportes. De su vida y a su vez, poder aclarar lo que ocurrió con él tras el descenso de los universitarios a la Segunda División.
¿Por qué pocos recuerdos del fútbol?
-Muchos de los trabajos que tengo fue por el fútbol, entonces estoy agradecido de eso. Pero mi vida de jugador ya pasó. No soy un tipo que tenga fotos porque eso ya lo viví. Conocí, fui feliz pero ahora hay otra realidad. No salí dolido, el fútbol me enseñó mucho y es una pasión que no la puedo negar.
¿Y la U que rol juega en esa pasión?
-Fui formado en una institución con valores y pasión. No veo mucho fútbol, pero sí pendiente de la U. No me arrepiento de mi formación.
Pero hubo momentos difíciles como el tema del descenso en que usted era el capitán…
-Viví muchas cargas anímicas en esa época. La muerte de mis padres, el descenso de la U y lo del Maracaná y a lo mejor tomé decisiones que no correspondían. Como capitán de un equipo que desciende tampoco es una carga mínima, pero con el tiempo he asumido la responsabilidad, el tiempo cura algunas heridas y estoy más tranquilo.
Se habla mucho del porqué no jugó en Segunda División con la U…
–La gente piensa que yo no quise jugar en Segunda División y eso no fue así. Es un tema que no he podido conversar, porque las dos personas que influyeron en que no siguiese ya fallecieron (Mario Mosquera y Luis Ibarra), entonces no podrían replicar si hablo. Era una situación caótica, no cobrábamos el sueldo y yo como capitán iba al frente, defendiendo compañeros. Pero hoy a la distancia quizás actué de manera soberbia. En momentos difíciles hubo malas decisiones de los dirigentes y de nosotros también, todos debimos ocupar otro tono. Descender o quebrar era la única forma que ellos querían, la U no era viable.
¿Y por qué no continuó en definitiva?
–No fue por dinero, sino por cosas en que no estaba de acuerdo y por mi forma de ser no iba a tranzar. Ellos me enviaron a préstamo porque era la única posibilidad que tenían. Me enteré un día viernes que iba a La Serena y el domingo ya estaba jugando contra Colo Colo.
¿Alguna similitud con el caso de Johnny Herrera, al parecer o no?
-Nunca dependió de mí, es un tema engorroso. Yo defendí a mi gente y es un tema que se debe asumir como capitán, hasta el día de hoy pasa porque los capitanes tienen que ir al choque y cuando salen de un equipo grande salen cuestionados, es parte del puesto.
¿Siente que el hincha de la época y el actual lo cuestiona por no haber estado en el fútbol del ascenso?
-A treinta años estoy con la frente en alto. Siento que la U tenía que pagar un precio y la gente que participó de ese proceso quedó marcada obviamente que yo también, hay una herida en mi corazón que nunca pudo cicatrizar. Pero tranquilo, siempre actué con la verdad. Me da lo mismo lo que el hincha piense, ellos me conocieron durante 14 años, entregué todo lo que tenía por la U y me fui con los bolsillos vacíos. Feliz de haber participado de un equipo grande y si volviera a nacer volvería a jugar por la U, no tengo ninguna duda.
Cambiando de tema ¿Cómo recuerda esa jornada en el Maracaná y la bengala?
-Jamás pensé que había algo preparado y malograrse un encuentro de esa categoría. Un duelo muy difícil, yo estaba mal del tobillo y fui cambiado. No participé mucho de lo que pasó en la cancha y siempre apoyé que algo le había caído en la cara a Roberto Rojas, pensé que había sido algo al azar. Pero de alguna manera todos somos responsables.
Si estuviésemos en aquel 3 de septiembre de 1989 ¿Comparte el hecho de haberse retirado de la cancha?
-Claro que sí, no tengo ninguna duda.
¿Molesto tras conocerse la verdad?
–Más que molesto, triste. Es algo que no se puede volver a repetir. Hubo gente perjudicada que no se pudo desarrollar en el fútbol y a la larga marca nuestras vidas, pero nos enseña a ir con la verdad, a ser transparentes y ser honestos. Una historia penosa.
¿Cómo se siente a casi treinta años de su retiro?
–Feliz de haber pertenecido a la U, una institución grande y feliz de haber defendido a mi país.
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