Gestión interrumpida: Un repaso por los presidentes de la ANFP que no pudieron cumplir su mandato
Ante la grave crisis en la ANFP, recordamos algunos directivos que no pudieron finalizar su labor.
Ante la posibilidad cierta de que Sebastián Moreno deje su puesto como Presidente de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, a poco más de un año de haber asumido, acá recordamos a algunos de los regentes del balompié nacional que pasaron por otras crisis que les impidieron completar sus períodos en el ente rector.
Francisco Fluxá:
Artífice de una de las mejores épocas de Unión Española cuando conformó el plantel que dio vida a los campeonatos de 1973,1975 y 1977, Fluxá dio paso el mismo año del golpe militar a presidir la Asociación Central de Fútbol. En su cargo, le tocó enfrentar el inicio de la dictadura, y el consecuente intromisión de las Fuerzas de Armada en las decisiones del balompié chileno. Sufrió con un intento de intervención de la dictadura a la ACF solicitada por Rolando Molina, que desechó de plano por los riesgos que implicaba que la FIFA pudiera desafiliar a la Federación. Eso sí, la intervención se hizo tal cuando se postulaba a la reelección, en un contexto en el que se impedía realizar cualquier tipo de votaciones en el país. Este proceso terminó con una negociación de parte de Fluxá con las autoridades que terminaron por determinar a los miembros del directorio “a dedo”, y sellando la salida del ex regente hispano de la Central de Fútbol.
Rolando Molina:
Considerado uno de los más polémicos presidentes que ha tenido el fútbol chileno, Rolando Molina llegó a hacerse cargo de la extinta Asociación Central del Fútbol a comienzos de los años 80’, luego de haber sido el primer presidente de la Corporación de Fútbol de la Universidad de Chile cuando esta se separó de la casa de estudios. Molina, hombre afín de la dictadura militar, provocó la considerada mayor crisis en la historia del fútbol chileno, generando una deuda cercana a los 2500 millones de pesos en los clubes. A través de préstamos y de absorción de deudas, Molina fue el causante de la llamada deuda histórica del balompié criollo, así como uno de los principales articuladores para que Chile renunciara a la organización de los Juegos Panamericanos de 1987 amparado en la crisis económica vivida en nuestro país en 1983.
Antonio Martínez y Ricardo Abumohor:
Martínez, dirigente evertoniano, fue el primero en suceder en el cargo a Rolando Molina en 1984. Sufrió, al igual que Ricardo Abumohor (quien lo subrogó en el puesto), la crisis que había desatado Molina en el fútbol chileno. Sus intentos por mejorar la industria fueron estériles. La historia de Abumohor, en tanto, finalizó cuando la CNI, a través de su director Humberto Gordón, lo amenazó directamente al presentar una querella el mismo año por malversación de fondos en contra de Ambrosio Rodríguez, vicepresidente de Molina, y Procurador General de la dictadura de Augusto Pinochet.
Sergio Stoppel:
El ex presidente de Cobreloa asumió en abril de 1989, luego de una carrera con los loínos que tenía entre sus logros los subcampeonatos de la Copa Libertadores en 1981 y 1982. Stoppel asumió el cargo en la ANFP con el objetivo de enfrentar la última parte de las Elminatorias a Italia 90’. Durante ese período se vivió el “Escandalo del Maracaná” dónde Roberto Rojas se cortó la parte superior de la ceja en el duelo frente a los brasileños; hecho que significó la censura de parte de FIFA a la “Roja” del siguiente ciclo mundial. Stoppel, tras el escándalo, renunció a su cargo.
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