Al borde de la ley: Diez jornadas donde Carabineros fue protagonista en las canchas nacionales
A continuación te dejamos los hechos en donde la policía uniformada tuvo que detener a futbolistas por violencia en los estadios.

Hoy 27 de abril Carabineros de Chile cumple 93 años de existencia, con una participación activa dentro de los estadios, con momentos complicados para los hinchas dentro del recinto y en las afueras de estos, que probablemente no son recordados con agrado.
Sin embargo, en muchas ocasiones son los jugadores quienes han provocado sucesos de los cuales la policía ha tenido que actuar para mantener el orden en el pleito deportivo, en muchas instancias llegando a detener a los futbolistas. Quizás muchos se quedaron fuera, pero recordaremos diez episodios en que hubo intervención más allá de los árbitros.
El Gato golpeador
Torneo Nacional de 1986 y en el Estadio Sausalito se medían Everton ante Cobreloa. Partido de trámite normal, hasta que llegó el momento en que un pasapelotas y el meta loíno, Mario Osbén, se vieron envueltos en un altercado con forcejeo del balón. El portero no encontró nada mejor que dar un derechazo potente al muchacho, situación que provocó la expulsión del ex mundialista y Carabineros llevándoselo detenido.
El partido de los goles curiosos
Encuentro de ánimos encendidos el Chile ante Brasil rumbo a Italia ’90 jugado en Santiago. Antes de arrancar, Romario y Alejandro Hisis se vieron envueltos en un altercado donde el delantero brasileño se ganó amarilla, y a los cuatro minutos vio la roja, mientras que Raúl Ormeño se iba expulsado a los 13 de la etapa inicial. Autogol de los Tres Chiflados de Hugo González abría la cuenta para Brasil y sobre el final, un error técnico de Taffarel permitió la viveza de Jorge Aravena quien cedió para Ivo Basay en el tiro libre dentro del área y el «Hueso» puso el 1-1 definitivo. Esa jugada provocó la ira del entrenador brasileño Sebastiao Lazaroni, siendo expulsado. Carabineros tuvo que intervenir para sacar al estratega de la orilla de la cancha y a su vez protegerlo de las innumerables piedras y proyectiles que caían cerca del banquillo brasileño. Reclamó contra nuestro país y «La Roja» tuvo que recibir a Venezuela en Mendoza, semanas más tarde.
A pedir de Boca
Rubén Martínez había anotado el 3-1, resultado que le permitía a Colo Colo eliminar a Boca Juniors y clasificar a la final de la Copa Libertadores de 1991. Momento en el cual comenzaron los golpes y rabietas de los argentinos contra alguno que otro jugador albo, reporteros gráficos y carabineros. Si hasta el querido «Maestro» Óscar Washington Tabárez, técnico xeneize por esos años, le rompió la cámara a un fotógrafo. El estratega uruguayo y el volante Blas Giunta quedaron detenidos y con demanda por parte del reportero. Al día siguiente en la audiencia ambos cancelaron 50 mil pesos de fianza para quedar en libertad, mientras que Tabárez canceló un millón trescientos mil por la cámara. Nota aparte merece un funcionario de la policía chilena bastante particular llamado «Ron», el perro de Carabineros que en los desórdenes mordió el trasero del portero Navarro Montoya, convirtiéndose en una verdadera eminencia, incluso en Argentina. Hoy sus restos descansan en el cementerio canino en el Cerro San Cristóbal.
Candongazo
El año 1998 no fue el mejor para Juan Carreño. El «Candonga» inexplicablemente quedó fuera de la Copa del Mundo de Francia y de ahí en más vimos a un rudo delantero. Se jugaba en Parque Schott bajo la tradicional lluvia y barro entre Osorno y Huachipato. Tiro libre a favor de los lecheros y Carreño le pega un puntapié sin sentido a un jugador local, situación que provoca su expulsión. Enojado y resignado llega a la mitad de la cancha donde está parado el portero osornino de la época, Hernán Caputto, quien le alcanza a decir «Mala le…» cuando siente el derechazo y posterior zurda de Juan Carreño en el rostro. Con el actual técnico de la U en el piso, se armó la trifulca, donde algunos golpes recibió, también. La policía uniformada tuvo que retirarlo de la cancha.
Combos iban, combos venían
Más que conocida la frase «En los clásicos no hay partidos amistosos«, pero que algo anormal ocurra en un duelo correspondiente a un torneo de verano, es llamativo. Año 1999 se disputaba la Copa Ciudad de Santiago en el Estadio Nacional. Colo Colo goleaba por 5-1 a Universidad de Chile, algo que tenía a los azules un tanto descolocados. Tras un foul de Luis Musrri a Cristián Uribe, el «Fido» le lanza el balón al capitán azul y este responde con una bofetada. Ahí se calentaron los ánimos contra el «6» de la U y dos que parecían bien ajenos a la situación se convirtieron en protagonistas. Ricardo Rojas y Marco Villaseca se trenzaron a golpes donde «Ricky» habría ganado por puntos si hubiese sido boxeo, ya que el nacido en Audax se fue con un pómulo roto. Carabineros ingresó a la cancha para controlar las pasiones. Tras el encuentro Rojas y Villaseca fueron detenidos y llevados a una comisaría en Ñuñoa donde pasaron la noche, siendo los primeros futbolistas en los que se les aplicaba la Ley de Violencia en los estadios.
En la puerta norte de Chile
Partido del ascenso el año 2002 entre Deporte Arica y Lota Schwager en el Estadio Carlos Dittborn. El árbitro René De La Rosa sanciona penal para los locales, algo que provocó el enojo de los de «La Lamparita». Fue en ese instante cuando Héctor Toledo golpeo de puño al juez dejándolo tendido en el césped. Fue detenido por Carabineros y con sanciones deportivas y judiciales. 30 partidos de sanción y 541 días de presidio por Ley de Violencia en los Estadios. El sureño apeló y la pena fue rebajada a 41 días, años más tarde. Muy mal Toledo.
Con Don Enrique, No
A veces somos un tanto nacionalistas y da bronca cuando un extranjero golpea a los nuestros, aunque sea a un árbitro. Fue lo que ocurrió el año 2005. En el Valle del Aconcagua, jugaban Unión San Felipe y Unión Española. El portero argentino Ignacio González que defendía el arco hispano por esos días, tuvo un roce bastante fuerte con el juez Enrique Osses, quien tras una serie de palabras cruzadas y no reanudar el juego, el árbitro se acercó al guardameta y este le puso la mano en el pecho y lo tiró al suelo, con posterior expulsión. Pero todo no quedó ahí ya que Carabineros lo esperó afuera del vestuario para llevarlo detenido, donde pasó dos horas en una celda. Además, se presentaron cargos en su contra por ley de Violencia en los estadios.
Patada Voladora
Año 2012 y en Valparaíso se enfrentaban Santiago Wanderers y Unión La Calera. El delantero cementero, Gastón Cellerino, había sido expulsado y mientras tomaba ruta hacia camarines tuvo que soportar insultos y burlas del meta porteño, Mauricio Viana. Fue cuando el argentino no toleró los epítetos y lanzó un golpe que varios jugadores notaron. Cuando se iba a armar la trifulca, Viana vino por el desquite, pero no contó con la patada al más puro estilo Karate Kid del atacante, mientras se escuchó un «oh» en todo el estadio. Fue detenido por Carabineros.
Vencer al archirrival, pero sin el pie encima
Colo Colo ganaba el Superclásico por la cuenta mínima ante la U del Clausura 2014 y acariciaba así su tan anhelada estrella 30. Tras el encuentro la felicidad, el jolgorio y la mal entendida rivalidad, llevó al volante albo Jason Silva, que pasaba más en el banco que en la cancha durante ese tiempo, a cometer una acción más de galería que de un deportista de alta competencia. Celebrando en el sector norte del Estadio Nacional llegó una bandera de Universidad de Chile y Silva no encontró nada mejor que pisotear y patear dicho emblema. Fuerzas Especiales de Carabineros lo esperó por 20 minutos para llevarlo a la Comisaría de la calle Miguel Claro, en Providencia.
La furia de Pol
Tras el encuentro entre Universidad Católica y Audax Italiano en San Carlos de Apoquindo en el Apertura 2016, éste estuvo muy lejos de finalizar tras el pitazo. Molestos por la derrota y las constantes molestias de hinchas de la tribuna oficial (algo habitual en la precordillera), el delantero Marco Sebastián Pol se subió arriba de la banca para dar una patada en el rostro del hincha Cristóbal Astorquiza, quien lo denunció. La policía uniformada lo esperó afuera del camarín para ser trasladado a la 47º comisaría de Los Dominicos para pasar la noche en aquel lugar.
Estos son algunos de los momentos en los cuales Carabineros ha tenido que estar atento para mantener el orden en situaciones que provocaron los mismos jugadores. Quedarán muchos todavía, eso es seguro.
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