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Islandia ganó a Reino Unido y Holanda la batalla por la quiebra de sus bancos

Cinco años después del hundimiento de su sistema bancario, Islandia decidió que los contribuyentes no debían costear los desmanes de un sector que había crecido de forma desproporcionada.

Islandia ganó a Reino Unido y Holanda la batalla por la quiebra de sus bancos

Islandia, al contrario que países como España o Irlanda, decidió que los contribuyentes no debían costear los desmanes de un sector que había crecido de forma desproporcionada. O al menos, que no debían compensar a los británicos y holandeses que perdieron sus ahorros en bancos islandeses. Los ciudadanos dijeron no en dos ocasiones a través de sendos referendos. Ahora, cinco años después del hundimiento de su sistema bancario, un tribunal de Luxemburgo acaba de dar la razón a Reikiavik en su forma de abordar la quiebra del Icesave.

El Tribunal de la Asociación Europea de Libre Comercio (AELC) consideró que el país no violó la ley cuando se negó a devolver a 300 mil ahorradores extranjeros el dinero depositado en unas entidades que ofrecían unos intereses que entonces parecían irrechazables. “Es una victoria para la democracia. Se envía el mensaje de que los bancos no pueden recoger los beneficios y mandar la factura a los contribuyentes cuando las cosas van mal”, resumió el economista islandés Magnus Skúlasson.

El tribunal, en el que también están representados Noruega y Liechtenstein, aporta un matiz muy interesante: Islandia no está obligada a pagar, ya que »el fondo de garantía de depósitos fue incapaz de hacer frente a sus obligaciones en el caso de una crisis sistémica». Se abre la puerta así a que en otras situaciones límite los Estados no devuelvan el dinero de sus ahorradores extranjeros.

Un portavoz comunitario se apresuró ayer a contestar que Bruselas se aferra a que las obligaciones de los fondos de garantía de depósitos se mantienen »vigentes también si hay una crisis sistémica». Pese a todo, la Comisión Europea asegura que necesita tiempo para estudiar el fallo. »La sentencia es también buena para Holanda y Reino Unido. Si hubieran ganado, eso supondría que el Estado nación es responsable de todos los depósitos bancarios, algo que ningún país quiere”, añade Jon Danielsson, de la London School of Economics.

Tras la bancarrota, los Gobiernos de Londres y Ámsterdam usaron sus arcas para compensar a los clientes del banco islandés. Poco después iniciaron el proceso legal que ayer llegó a su fin, ya que la sentencia —que Reikiavik considera “una satisfacción considerable”— no admite recurso.

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