;

Juan Villoro dedicó sentidas palabras a la selección: «Chile merecía vencer»

Pancho Mouat compartió el inédito mensaje de uno de los escritores más importantes de Latinoamérica durante "Los Tenores".

Juan Villoro dedicó sentidas palabras a la selección: «Chile merecía vencer»

Durante "Los Tenores", comentando la previa a la final contra Alemania, el Tenor Francisco Mouat compartió un texto inédito con las sensaciones del periodista y escritor mexicano Juan Villoro tras la electrizante definición a penales entre Chile y Portugal.

El emotivo y exhaustivo análisis, a continuación: 

Vi el partido de Chile contra Portugal. En los 90 minutos y en los tiempos extra Chile fue mejor pero le faltó concretar. Ya cuando la batalla agonizaba, hubo por ahí un penalti que el árbitro, por otra parte espléndido, le perdonó a Portugal y luego aquellos dos tiros a los postes, uno detrás del otro, que confirmaban el refrán de las abuelas ("la desgracia nunca viene sola") y llevaban a una pregunta patafísica: ¿puede la mala suerte ser enviada a terapia para que le quiten su conducta obsesivo compulsiva?

Luego llegaron los penales. Para mí esa es la ruleta rusa del fútbol. Nunca me han gustado y desconfío de los que creen que hay superioridad en los que anotan a esas alturas del desgaste y los calambres. Además, tengo la superstición de que el equipo que jugó mejor y estuvo a punto de anotar al final del tiempo reglamentario, llega demasiado frustrado para enfrentar esa guerra de nervios.

Esperé lo peor y sucedió el milagro: los pénalties como épica.

Por principio de cuentas, las pasiones humanas se expresaron en forma aritmética. Tengo para mí que el mejor tirador debe ser el primero de los cinco, el que otorga confianza a los demás. Chile eligió a uno de los mejores futbolistas que he visto en mi vida, el incalculable Vidal, capaz de recuperar un balón en el área chica de su equipo y aparecer segundos después rematando de palomita en el área rival. Tomó el balón con una confianza absoluta y lanzó un tiro de una colocación y una potencia casi excesivas. No anotaba un jugador; el poderío del gesto rebasaban el deporte: un vikingo desembarcaba en América, un héroe defendía las Termópilas, un minero partía la roca en pos de desconocidos minerales. Vidal no jugaba: hacía historia. 

Mientras tanto, del otro lado, Cristiano Ronaldo optó por ser el quinto tirador para recibir las felicitaciones por dar el triunfo. El mejor de los chilenos anotó primero para hacer mejores a los suyos. El mejor de los portugueses quería ser aclamado.

Tan sólo por eso, Chile merecía vencer.

Pero la diosa Fortuna es menos sentimental que yo y no siempre concede esos favores.

Los otros dos tiradores chilenos fueron impecables, pero lo imponente fue el hombre de amarillo. Que un portero detenga un penal en una serie de cinco es ya un triunfo. Que detenga dos es admirable. Que detenga tres seguidos es una forma del delirio. Portugal no mandó un tiro a la fila 17 ni anotó un penal compensatorio. Todo quedó en manos del portero. Era la noche de Claudio Bravo.

El mismo hombre que ha pasado por la Premier como un condenado en Siberia resucitó al jugar con Chile.

No olvidaremos esas maravillosas atajadas.

Espero que México llegue a la final. Por ahora, soy chileno.

Juan Villoro, escritor mexicano.
Miércoles 28 de junio de 2017, 23 horas.

Contenido patrocinado

El siguiente artículo se está cargando

ADN Radio
En vivo

Tu contenido empezará después de la publicidad

Programación

Ciudades

Elige una ciudad

Compartir

URL copiada al portapapeles

Más acciones

Suscríbete

Tu contenido empezará después de la publicidad