El obrero noruego que sacó a Hitler del estadio
El futbolista Odd Frantzen fue la figura en la eliminación de la Alemania Nazi de Berlín 1936.
Era la primera vez que el dictador nazi Adolf Hitler iba a presenciar un partido de fútbol y no lo pasó bien. En el Portstadion de Berlín y por los 4º de final de los Juegos Olímpicos de 1936, Alemania buscaba una medalla y enfrentaba a Noruega.
Los escandinavos se presentaron el 7 de agosto como los invitados de piedra, ante un palco que incluía a los jerarcas del Tercer Reich como Rudolf Hess, Joseph Goebbels y Hermann Göring. Debían perder y los germanos llegaban tras golear 9-0 a Luxemburgo.
El problema es que en la punta derecha de los noruegos estaba un trabajador portuario de 23 años y jugador del SK Hardy -el club de la clase obrera y de segunda división-. Odd Frantzen hizo estragos y fue el gestor del doblete que anotaría Magnar Isaksen.
La sorpresa se concretaba con los tantos a los 7' y 83' ante unos 55 mil espectadores. Relata El País que el enojo de Hitler era de esperar y antes de que finalizara el juego, junto a su séquito dejaron el recinto. Ese día un obrero derrotaba a los Nazi en Berlín. Noruega y Frantzen siguieron hasta lograr la medalla de bronce, su mayor futbolístico.
"Era un héroe de la clase obrera cuya vida estuvo a la sombra de la sociedad, por ser obrero, por su adicción al alcohol y un accidente laboral. La gente no quería asociar la victoria a un alcohólico, y prefirió a héroes de vida sencilla y decente”, explica el periodista Sølve Rydland, autor del reportaje sobre este ídolo olvidado con el que la radiotelevisión pública noruega NRK conmovió a ese país.
Su carrera quedó truncada por la Segunda Guerra Mundial y luego perdió una pierna tras accidentarse con un tractor en el puerto. Una noche de octubre de 1977, un Frantzen de 61 años con prótesis y muletas, fue asesinado por un joven ebrio. Lo asaltó en su casa en busca de alcohol. Lo mató a patadas.
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