• 23 DIC 2025

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Las peculiaridades de Dustin Brown, el verdugo de Rafa Nadal

El actual número 102 del mundo suele "volar" cerca de la red para volear y tiene varios aros, algo poco común en el circuito. Ya está en tercera ronda de Wimbledon.

En medio del clasicismo que predomina en el All England Tennis Club, de la sobriedad de la mayoría de los jugadores del circuito, un peinado llama la atención. Son las rastas de Dustin Brown (Celle, Alemania, 30 años), quien superó en segunda ronda a Rafael Nadal en la

primera gran sorpresa de Wimbledon

.

Es un jugador que rompe la norma. Luce collares, pendientes, un piercing en la lengua, y se le suele ver por los torneos con audífonos, enfrascado con la música. Es el 102 del mundo, el mestizo jugador alemán es hijo de un jamaicano y una mujer germana. Mide 1,96 metros y juega con cordones amarillos en un pie y naranjas en el otro ya ofrece alguna pista.

Wimbledon 2015
La de Brown, diestro y longilíneo, un tenista al que le gusta el todo o nada, es una de esas que se sale de lo habitual en el tenis. Nació en Alemania, donde tuvo que afrontar más de un episodio de racismo. A los 11 años emigró junto a sus padres a Jamaica, donde comenzó a dar los primeros pelotazos mientras ellos se sacaban el jornal en una oficina de turismo.
 

Floreció el talento y a la vez el deseo firme de convertirse en un profesional del tenis. Su madre Inge intentó por todos los medios conseguir ayuda federativa para la formación de Brown, pero Jamaica es, ante todo, una tierra de velocistas. Ante la negativa, unos años después, la progenitora ideó un plan para que su hijo pudiera despegar definitivamente en el mundo de la raqueta.

A los 30 años no ha llegado muy lejos. Su mejor ránking fue el 42 en 2012 y su único título fue en dobles. Su mejor resultado es haberle dos veces a Nadal, ambas en pasto: Halle 2014 y Wimbledon 2015. Tiene algo que Federer no: tiene un registro positivo ante el español, 2 a 0 en enfrentamientos. Es lo único en lo que le gana al suizo (aparte de la estatura).

Este fue uno de los puntos clásicos de Brown:
 

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