Salvador Cabañas trabaja en la panadería de sus padres y lucha por recuperar sus bienes

El 25 de enero se cumplieron cuatro años del balazo que casi terminó con la vida del goleador paraguayo Salvador Cabañas, quien ahora trabaja repartiendo pan y entrena para jugar por el 12 de Octubre.

"Vamos a salir adelante" señaló en entrevista con el diario paraguayo

el delantero, quien luego del tiroteo en un local nocturno de Ciudad de México perdió a su mujer y muchos de sus bienes.

"Estoy apoyando a mis padres, a mis familiares. (…) Me gusta el trabajo. La gente me reconoce y me pregunta… sobre fútbol claro. Yo les digo que me divierte mucho hacer reparto", afirmó.

"Me estoy entrenando. Mi deseo es jugar, jugar hasta donde pueda. El fútbol y mi familia son el significado de mi vida. Estoy seguro de que vamos a salir", señaló optimista el exdelantero de Audax Italiano en Chile.

Su padre, don Dionisio Cabañas, aprovechó el diálogo con el periodista

para aclarar las situaciones difíciles que enfrenta su hijo, y acusó a su expareja María Lorgia Alonso y a su exrepresentante José González de haberlo traicionado y quitarle casi todo lo que ganó en su carrera.

"Mi hijo es doble víctima. Fue víctima aquel 25 de enero cuando un criminal le disparó a matar. Hoy es víctima de su exmujer, de su propio abogado y su exrepresentante. Le quitaron todo lo que ganó con su esfuerzo personal. Es muy injusto y ya no se puede callar lo que están haciendo", sostuvo el mayor de los Cabañas.

"La señora maneja la plata de los bienes con el exrepresentante (José González) y el abogado (Óscar Latorre) y acá no llega nada (…) Todo manejan ellos. Las propiedades", agregó.

Más moderado, Salvador Cabañas precisó que solo tiene a su nombre la casa que habitan su exseñora y sus dos hijos (Santiago de 13 y Mía Ivonne de 9). "Ella me amenazó ahora con una demanda por abandono de hogar. Yo creo que es para sacarme lo único que está a mi nombre", añadió Salvador.

Salvador Cabañas afirmó que mientras estaba convaleciente lo hicieron firmar con impresión digital de huellas. "Me embromaron…", afirmó el delantero que aún mantiene secuelas del balazo en la visión de su ojo izquierdo.

"Va a pleitear hasta lo último para recuperar lo que le pertenece, lo que consiguió con el sudor de su frente. ¿Por qué otros se tienen que beneficiar del sacrificio de uno?", amenazó don Dionisio.

A los 33 años el dos veces goleador de la Copa Libertadores sigue con la esperanza de jugar por el 12 de Octubre y en el futuro aceptar las ofertas para ser comentarista de televisión dentro y fuera de Paraguay.