Mafalda: La historia de la obra más conocida y destacada de Quino
Lo que en un principio fue rechazado por los diarios, terminó convirtiéndose en uno de los mayores legados de la literatura en español del fallecido dibujante.
Quino y Mafalda
Durante la mañana de este martes, se dio a conocer la muerte del artista gráfico argentino Joaquín Salvador Lavado (88), más conocido como Quino, quien se destacó a nivel mundial por su obra de tiras cómicas infantiles Mafalda.
Y si bien el motivo del fallecimiento aún no se han revelado, existen datos como el presentado por Clarín, que el deceso tendría relación con un accidente cerebrovascular (ACV) que tuvo durante la semana pasada.
Mafalda
Cómo nació Mafalda
El fallecimiento de Quino se da a un día de que su obra máxima, Mafalda, una niña inquieta, que odia la sopa y que se caracterizó por tocar temas de actualidad mundial desde una mirada lógica e infantil, haya cumplido 56 años.
De acuerdo a una recopilación que hizo El País, reconocida creación del artista argentino ocurrió cuando le fue encargado «una publicidad que consistía en elaborar tiras cómicas para los diarios en las que se mostrara en dibujos la vida de una familia que utilizaba los electrodomésticos Mandsfield. Y de esa secuencia fonética surgió el nombre de Mafalda».
Sin embargo, los medios rechazaron su propuesta, porque esta se confundía con los contenidos propios que estos tenían, haciendo que Mafalda y sus amigos fueran guardados por dos años entre los archivos.
Quino y Mafalda / MIGUEL RIOPA
Fue entonces que en 1964 y sin un propósito comercial, Quino recuperó su obra y «y así surgió en el periódico porteño Primera plana la tira de más éxito de la historia en lengua española, que después se publicaría en diarios de todo el mundo. Más tarde, los libros que recogían aquellas escenas venderían millones de ejemplares y serían traducidos al francés, al inglés, al japonés, al chino…, a más de 30 idiomas«, consignó el medio citado.
Posteriormente, Mafalda pasó al cine, «con un largometraje de dibujos animados hecho en Argentina, de 75 minutos, en el cual los personajes reproducían en lenguaje sonoro los escritos que su creador les había dado. Pero a Quino no le gustó, porque al salir del estreno oyó que algunos decían: ‘¡Pero ésa no es la voz de Mafalda!’. Así que la traspasó al cine mudo».
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«En 1973, nueve años y 1.928 tiras después de su creación, Quino decidió que ya no dibujaría más a Mafalda, agotado por el propio personaje y por la tiranía de la entrega diaria al periódico. Y empezó entonces una creación más ambiciosa aún, con dibujos minuciosos, detallistas, igualmente brillantes, que mostraban a menudo la opresión de los poderosos y la mirada inteligente del pisoteado. El País Semanal publicó esas viñetas en los años noventa», indicaron desde el medio.
Finalmente, las historias, enseñanzas y aventuras de Mafalda quedaron en el inconsciente colectivo y la cultura hispanohablante, dándole el reconocimiento mundial al dibujante trasandino.