“Violencia sorda”: Justicia interviene por conflicto entre vecina con problemas de salud y mascota de vecino que no deja de ladrar
El tribunal realizó un “test de proporcionalidad” y determinó que, si un perro causa daño grave a la tranquilidad de un vecino vulnerable, el dueño debe solucionar el problema de inmediato.

Imagen referencial. / Andrej Filev
En una decisión unánime que sienta un importante precedente para la convivencia vecinal, la Corte de Apelaciones de Concepción falló a favor de una adulta mayor de la comuna de Hualpén, ordenando a su vecina tomar medidas inmediatas para evitar que los ladridos de su perro sigan afectando su salud y tranquilidad.
El tribunal acogió un recurso de protección (una acción legal rápida para defender derechos fundamentales) presentado por la afectada, estableciendo que la tenencia de mascotas no puede estar por encima del bienestar de las personas.
¿Qué es la “violencia sorda”? Uno de los puntos más interesantes del fallo es que los jueces utilizaron el término “violencia sorda” para describir lo que sufría la vecina. En palabras simples, la Corte explicó que estar expuesto constantemente a ruidos molestos no es solo una incomodidad, sino una forma de agresión que:
- Impide el descanso necesario.
- Genera estrés y ansiedad.
- Puede empeorar enfermedades que ya tienen los adultos mayores.
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Por lo tanto, permitir que estos ruidos continúen vulnera el derecho a la salud y a una vida digna.
Personas vs. Mascotas: ¿Qué derecho gana? Para tomar su decisión, los jueces aplicaron lo que en derecho se llama “test de proporcionalidad”. Esto significa poner en una balanza dos derechos legítimos para ver cuál pesa más en este caso específico:
- El derecho de la dueña a tener su mascota (derecho de propiedad).
- El derecho de la vecina a vivir tranquila y sana (integridad física y psíquica).
La conclusión fue clara: la salud y dignidad de un ser humano —especialmente si es un adulto mayor que requiere protección especial— debe prevalecer (ganar) sobre el derecho a tener un animal si este está causando un daño grave.
¿Qué debe hacer la dueña del perro? El fallo recuerda que la “Ley Cholito” (Ley de Tenencia Responsable) no solo protege a los animales, sino que obliga a los dueños a evitar que sus mascotas causen daños o molestias a otros.
Por ello, la Corte ordenó a la dueña del can adoptar “medidas necesarias, efectivas y eficaces”. Esto no significa deshacerse de la mascota, sino solucionar el problema mediante acciones como:
- Modificar el comportamiento del animal (adiestramiento).
- Realizar mejoras en la casa, como aislamiento acústico (insonorizar) el espacio donde está el perro para que los ladridos no salgan al exterior.
Finalmente, para asegurar que esto no quede solo en el papel, el tribunal ordenó a la Municipalidad de Hualpén que envíe inspectores a la casa para fiscalizar que las medidas se cumplan realmente.
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