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Quiebre en la tendencia: estadísticas de muerte de niños y adolescentes por armas entregan buenas noticias en 2025

El balance oficial revierte las alarmantes cifras de 2024, aunque las autoridades llaman a la cautela y a mantener el foco en el desarme.

Getty Images | Imagen referencial

Getty Images | Imagen referencial / FatCamera

Un respiro en medio de la crisis de seguridad. Esa es la lectura que arroja el último balance sobre violencia armada en Chile, el cual revela que la cantidad de Niños, Niñas y Adolescentes (NNA) fallecidos por armas de fuego disminuyó un 44% durante este periodo. La cifra marca un punto de inflexión significativo respecto a la tendencia alcista que se venía registrando en años anteriores, especialmente tras un 2024 que fue calificado como crítico por los organismos defensores de la infancia.

Según los datos revelados, este descenso se alinea con la baja general en la tasa de homicidios que el Ministerio de Seguridad Pública ya había adelantado en su informe del primer semestre, donde se observó una caída del 40,5% en víctimas menores de edad. Esta correlación sugiere que las medidas de contención territorial están comenzando a mostrar resultados en los grupos más vulnerables, publica Informe Especial.

El contraste con el “año negro”

La importancia de esta disminución del 44% radica en el contexto inmediato. A principios de 2025, la Defensoría de la Niñez había alertado que, entre 2000 y 2024, los fallecimientos de menores por armas de fuego habían aumentado un alarmante 122%, con un 2024 que cerró con 51 NNA muertos por esta causa.

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Este cambio de tendencia es atribuido por las autoridades a la focalización de estrategias como el Plan Calles Sin Violencia y la intervención de los Equipos de Crimen Organizado y Homicidios (ECOH), que han priorizado la persecución penal en zonas donde la presencia de armas de fuego ponía en riesgo directo a la población infantil.

Cautela ante la cifra

Pese a lo positivo del porcentaje, desde el mundo político y social el llamado es a la prudencia. Las cifras de 2024 mostraron que la mayoría de estas víctimas eran adolescentes de entre 14 y 17 años, un grupo etario altamente expuesto al reclutamiento por parte de bandas criminales.

Por ello, el gobierno ha enfatizado que, aunque la reducción es un avance “robusto”, el objetivo sigue siendo llegar a cero, reforzando no solo el control policial, sino también los programas de prevención comunitaria para evitar que la “cultura de la bala” siga cobrando vidas inocentes en los barrios prioritarios del país.

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