“Son el mejor país de Chile”: Imagine Dragons desató la euforia en el Estadio Monumental y estos fueron los puntos clave de su presentación
La banda liderada por Dan Reynolds ofreció una noche vibrante en Santiago, combinando potentes himnos, momentos de cercanía con el público y una emotiva dedicatoria a una persona muy especial.
“Son el mejor país de Chile”: Imagine Dragons desató la euforia en el Estadio Monumental y estos fueron los puntos clave de su presentación / KEN SETTLE
Santiago
A eso de las 21:10 horas, las luces del Estadio Monumental se apagaron y el público estalló en gritos.
En medio del coreo impaciente de los fanáticos y fanáticas, y los primeros acordes de Fire in Hills, Imagine Dragons dio inicio a una noche cargada de intensidad, emoción y energía desbordante.
Bajo el marco de su Loom World Tour, la banda estadounidense regresó a Chile con una puesta en escena monumental, diversa y potente: pantallas gigantes con diseños envolvente, fuego, luces sincronizadas y un sonido impecable que cautivó a miles de asistentes.
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Cercanía, energía y momentos reflexivos
Dan Reynolds demostró desde el comienzo una conexión única con el público. En Bet My Life bajó del escenario, desatando la euforia de los asistentes, y en On Top of the World repitió el gesto, recorriendo las primeras filas con una sonrisa amplia, tocando las manos de los fanáticos y disfrutando cada segundo con entusiasmo genuino.
Desde lo musical, el show alcanzó un nivel impecable. La voz de Reynolds se alzaba con precisión en cada tono, sin perder fuerza ni expresividad, incluso después de los múltiples trotes, saltos y recorridos por el escenario. Su energía parecía inagotable, manteniendo la intensidad desde el primer minuto hasta el cierre. La banda, guitarra, batería, bajo y segundas voces, sonó cohesionada, potente y equilibrada, logrando un producto limpio que llenó cada rincón del Monumental sin saturar.
En medio de esa cercanía constante, Reynolds también dejó espacio para el humor y la complicidad local. Entre risas y gritos del público, bailó mientras miles le coreaban “¡mijito rico!” y, entre canciones, repitió dos veces la frase “¡son el mejor país de Chile!”, aludiendo con picardía al clásico viral nacional, lo que desató una ovación generalizada.
Además de la euforia, la jornada también se prestó para momentos reflexivos. De hecho, uno de los instantes más conmovedores llegó cuando el vocalista confesó que una de sus exparejas falleció ese mismo día. “Estamos vivos, y estamos juntos. Esto es un regalo, ¿están conmigo?”, dijo antes de dedicar una canción a su persona especial. Ese momento, íntimo y honesto, contrastó con la energía desbordante del resto del show, recordando que incluso en medio del espectáculo, Imagine Dragons nunca pierde su humanidad.
Un cierre monumental
En Radioactive, Reynolds se unió al baterista para un dueto cargado de fuerza que hizo vibrar el recinto. Más tarde, el humor se tomó el escenario con Sharks, cuando varios asistentes aparecieron disfrazados de tiburones, provocando risas y complicidad.
El cierre con Enemy y Believer fue una auténtica descarga emocional y visual. Fuegos artificiales iluminaron el cielo sobre el Monumental, mientras el escenario estallaba en luces, fuego y pantallas que acompañaban cada verso.
Así, Imagine Dragons no solo se llevó el cariño de Chile; también dejó claro que Chile se quedó con el suyo. Un intercambio genuino de afecto y vitalidad que convirtió la noche en algo más que un concierto: una celebración compartida que cerró con un cielo encendido y miles de voces coreando al unísono.