La vicepresidenta del Banco Central, Stephany Griffith-Jones, salió al paso de las críticas al informe del ente emisor que vinculó el alza del salario mínimo y la reducción de la jornada laboral a 40 horas con un mayor desempleo.

En una actividad realizada este martes en la Facultad de Economía y Administración de la Universidad Católica, la consejera presentó el último Informe de Política Monetaria (IPoM) y respondió preguntas de los estudiantes, donde el tema laboral se tomó la conversación.

Griffith-Jones reconoció que ha habido acercamientos con el Ejecutivo tras las palabras del Presidente Gabriel Boric, quien dos semanas atrás manifestó su discrepancia con el análisis del Banco Central.

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Sin embargo, la economista precisó que “ha habido conversaciones, pero informales” y aclaró que hasta ahora “no hemos recibido una invitación formal a una reunión específica sobre esto”.

“El efecto no es tan grande”

En modo control de daños, la consejera enfatizó que el estudio no debe leerse como una verdad absoluta y que el impacto calculado en el empleo por el alza del salario mínimo es acotado.

“El efecto que da en realidad no es tan grande”, explicó, detallando que se usaron tres modelos y que “el más amplio, porque incluye el efecto sobre la demanda, da un efecto aún menor”.

También recordó que en el recuadro del informe se mencionan otros elementos que influyen en la tasa de desocupación, como factores demográficos, procesos de automatización y el rezago de la construcción. “Es una manera de mirar los datos, puede haber otras interpretaciones. La economía es una ciencia social, no una ciencia exacta”, sostuvo.

La vicepresidenta pidió que el debate político no se centre únicamente en cuestionar al Banco Central, sino en impulsar medidas para reducir el desempleo. “Más que ver las cosas desde una vereda negativa, yo creo que lo que sería interesante es que se pensara qué es lo que se puede hacer para frenar el desempleo”, señaló.