• 22 DIC 2025

EN VIVO

“Guardé silencio por años”: el trauma de las mujeres indígenas sometidas a anticoncepción forzada en Groenlandia

El mes pasado, Dinamarca y Groenlandia publicaron sus disculpas por su papel en el maltrato de las mujeres y niñas, justo antes de la publicación de una investigación independiente sobre el abuso.

“Guardé silencio por años”: el trauma de las mujeres indígenas sometidas a anticoncepción forzada en Groenlandia / RUBEN RAMOS

Katrine Petersen tenía 13 años cuando médicos daneses en Maniitsoq (Groenlandia) interrumpieron su embarazo y, sin solicitar su consentimiento, le colocaron un dispositivo intrauterino (DIU). Hoy, con 52 años y residiendo en Dinamarca, recuerda que se enteró del procedimiento al salir del hospital. Durante décadas calló por vergüenza y dolor, relata, y más tarde no pudo tener hijos.

El caso de Petersen es uno entre cientos recogidos por una investigación independiente que documenta la anticoncepción forzada aplicada a niñas y mujeres inuit desde la década de 1960 y hasta mediados de los 70. El informe describe colocaciones de DIU o inyecciones hormonales sin información adecuada ni autorización, con testimonios de dolor, sangrado, infecciones y secuelas emocionales. Aunque el estudio recogió 354 relatos, autoridades danesas estiman que más de 4.000 mujeres y niñas —aproximadamente la mitad de la población fértil de Groenlandia de la época— recibieron DIU, señala AP News en un reportaje.

En este contexto, la primera ministra danesa Mette Frederiksen y el jefe de Gobierno groenlandés Jens-Frederik Nielsen ofrecerán este miércoles, en Nuuk, una disculpa oficial por el papel de sus Estados en estas prácticas. Frederiksen adelantó que Dinamarca creará un fondo de reconciliación para compensaciones a las víctimas, subrayando que no es posible deshacer lo ocurrido, pero sí asumir responsabilidades y avanzar en reparación.

Revisa también:

Las políticas señaladas se insertan en un historial más amplio de medidas coloniales que afectaron a familias inuit, como la separación de niños para su “reeducación” en hogares daneses y evaluaciones parentales controvertidas que derivaron en rupturas familiares. Groenlandia fue colonia hasta 1953, obtuvo autogobierno en 1979 y desde 2009 es una entidad autónoma dentro del Reino de Dinamarca; asumió la gestión de sus programas de salud en 1992.

El supuesto objetivo de aquella anticoncepción masiva fue contener el crecimiento demográfico en la isla, que aumentaba por la mejora en condiciones de vida y atención médica. Sobre el terreno, el resultado fue un conjunto de procedimientos invasivos realizados a adolescentes, muchas de 12 a 14 años, sin explicaciones y con efectos físicos y psicológicos persistentes.

Entre los testimonios destaca el de Kirstine Berthelsen (66), quien dice haber recibido un DIU a los 14 años sin que le informaran el motivo. Años después tuvo un hijo, pero atribuye pérdidas de embarazos a complicaciones derivadas del dispositivo. “Estoy enfadada con el Estado danés”, afirma, aunque considera que la disculpa oficial llega “en el momento adecuado” y puede ayudar a su reconciliación personal.

El acto en Nuuk ocurre en un entorno político sensible: mientras Dinamarca busca tender puentes con Groenlandia, persisten tensiones históricas y debates sobre la autonomía de la isla. Para víctimas como Petersen, el reconocimiento estatal y un mecanismo de reparación representan un paso inicial tras décadas de silencio y secuelas.

Contenido patrocinado

X
Uso de cookies

Utilizamos cookies propias y de terceros para elaborar información estadística y mostrarte publicidad personalizada a través del análisis de tu navegación, conforme a nuestra política de cookies