Atendida cuatro veces y sin salvación: la historia detrás de la niña que sucumbió por una bacteria mortal

Maite Vega Barra, de 9 años, falleció la madrugada del 22 de noviembre de 2024 en el Hospital Regional de Concepción, tras haber sido atendida en cuatro oportunidades en el sistema público sin que se detectara a tiempo una infección por Streptococcus pyogenes. Los exámenes que confirmaron la presencia de la bacteria —conocida por su agresividad en cuadros invasivos— llegaron después del deceso.

Un reportaje de T13 señala que el relato de la familia, la niña fue llevada en primera instancia al SAPU Lomas Coloradas de San Pedro de la Paz por fiebre y dolor en la pierna izquierda. Allí recibió tratamiento sintomático. Al empeorar el cuadro, regresó al día siguiente y, tras una tercera consulta, fue derivada al Hospital Regional, donde ingresó en condición crítica. El padre, Erik Vega, acusa retrasos en la activación de protocolos de urgencia y sostiene que el personal tardó en concurrir al llamado de emergencia.

El Ministerio Público investiga una eventual negligencia médica. La familia presentó una querella que apunta a cinco profesionales de la salud, quienes quedaron imputados por cuasidelito de homicidio. En paralelo, el Servicio de Salud del Biobío ordenó un sumario administrativo con fiscal externo para esclarecer procedimientos, tiempos de respuesta y decisiones clínicas.

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El caso se produce en un contexto de alza nacional de infecciones invasivas por Streptococcus pyogenes: de 46 reportes en 2021 a más de 300 en 2024, según alertas sanitarias, con especial riesgo de gravedad cuando coexiste con influenza. Autoridades sanitarias han reforzado recomendaciones de diagnóstico oportuno y manejo precoz ante signos de alarma en población pediátrica.

Uno de los médicos aludidos, Jorge Tang, evitó entregar declaraciones. Reportajes televisivos consignaron denuncias previas por maltrato atribuibles al profesional. Entre ellas, el testimonio de Micaela Vega, quien en julio de 2024 consultó por vómitos persistentes de su hijo de 22 días; inicialmente se atribuyó el cuadro a higiene nasal, pero al día siguiente otro equipo diagnosticó estenosis hipertrófica del píloro, con un episodio crítico en el que el lactante permaneció siete minutos sin signos vitales.

De acuerdo con el Servicio de Salud, los médicos investigados continúan en funciones hasta que se determine responsabilidad. El sumario deberá revisar la pertinencia de las evaluaciones iniciales, la oportunidad de las derivaciones, el uso de antibióticos y la activación de claves de emergencia.

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La familia de Maite insiste en que la atención fue tardía y que el desenlace pudo evitarse. Esperan que la investigación judicial establezca eventuales responsabilidades y que el sumario administrativo derive en mejoras de protocolos para casos febriles con signos locales de infección en niños.

Mientras avanza la causa, el Instituto de Salud Pública y el Minsal reiteran que cuadros con fiebre alta sostenida, dolor localizado, decaimiento marcado o progresión rápida de síntomas requieren evaluación inmediata, especialmente en menores de edad y en periodos de circulación viral estacional.