Estudio detecta vacíos en evaluación de impacto lumínico en zonas astronómicas del norte de Chile

Un estudio de la Fundación Cielos de Chile detectó brechas en la evaluación del impacto lumínico de proyectos industriales ingresados al Sistema de Evaluación de Impacto Ambiental (SEIA) en las 29 comunas del norte del país declaradas como áreas protegidas para la investigación astronómica.

Entre el 18 de octubre de 2023 —fecha de publicación de la nueva norma lumínica— y el 30 de junio de 2025, se revisaron 118 iniciativas y ninguna ingresó una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA) específicamente por su dimensión lumínica, concluye el informe.

La revisión abarcó proyectos mineros, energéticos y de transmisión eléctrica, con predominio en “comunas cercanas” (a menos de 100 km de un sitio astronómico): 68% del total se emplaza o se emplazará en estas zonas. Las comunas con más iniciativas fueron Antofagasta (15) —donde se construye el ELT— y Taltal (14) —área del Observatorio Paranal—, lo que refuerza la necesidad de resguardar los cielos oscuros en territorios con instalaciones científicas de escala mundial.

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Aunque el 81% de los proyectos menciona la variable lumínica en sus antecedentes, el 67% no define correctamente su área de influencia según las pautas del SEA (extensión, magnitud y duración del brillo artificial). De los 26 proyectos aprobados (RCA favorable) durante el período, solo dos definieron un área de influencia lumínica y uno aplicó correctamente las guías del servicio, por lo que la mayoría obtuvo luz verde sin caracterizar cabalmente su impacto en el cielo nocturno.

La norma lumínica exige que las iniciativas en áreas de valor astronómico reemplazen sus luminarias antes de octubre de 2029 si están en comunas cercanas. No obstante, ningún proyecto emplazado en estas comunas detalló un plan de recambio; varios consignan que no agregarán luminarias nuevas, pero no precisan cuándo, dónde ni por cuánto tiempo encenderán focos en casos “excepcionales”.

De acuerdo con el análisis, la incorporación de la variable lumínica en la evaluación ambiental aún está en consolidación y requiere criterios unificados y metodologías específicas para cuantificar la afectación a la calidad del cielo en áreas astronómicas. La fundación propone avanzar hacia una norma secundaria de calidad de cielos oscuros para respaldar la protección de un activo estratégico: hacia 2030, Chile concentraría el 60% de la capacidad mundial de observación astronómica.