Leonardo DiCaprio invierte en el turismo de Israel y recibe una ola de críticas

Leonardo DiCaprio es uno de los actores más populares de Hollywood, con miles de fanáticos en todo el mundo que siguen de cerca cada uno de sus pasos.

Son varios los títulos que le han permitido ganarse un nombre importante dentro de la industria cinematográfica con el paso del tiempo.

Sin embargo, durante las últimas horas comenzó a hacer noticia por una razón controversial y alejada de los cines, vinculada a la parte económica pero con un trasfondo social complejo.

Y es que el intérprete de 50 años inició una nueva aventura empresarial con la construcción de un hotel de lujo en la ciudad costera de Herzliya, al norte de Tel Aviv, en Israel.

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El sector en particular de las obras se ubica a solo 80 kilómetros de la franja de Gaza, una zona marcada por la violencia y todo lo que conlleva el conflicto bélico.

Con una participación del 10% en el proyecto, DiCaprio se asocia con el Grupo Hagag y los hermanos Ahikam y Lior Cohen para levantar un complejo hotelero de 14 pisos, que incluirá 365 habitaciones, un muelle para yates, restaurante de alta gama, locales comerciales, centro de conferencias y estacionamiento subterráneo.

El diseño corre por cuenta de Rani Zeese Architects y ha sido descrito como uno de los desarrollos más sostenibles del país. No obstante, esta imagen ‘verde’ no ha sido suficiente para acallar las críticas.

Diversas voces han señalado la contradicción entre la participación del actor, famoso por su defensa del medioambiente y la justicia social, y la ubicación del proyecto en un país acusado de violaciones sistemáticas de derechos humanos.

“Está obteniendo beneficios del apartheid en medio de un genocidio”, comentó el activista estadounidense Shaun King.

Además, así como se le acusa de lucrar con una situación de violencia mientras mantiene una imagen pública de compromiso ético, el medio palestino Quds Network lo calificó directamente como “cómplice”.

Israel, una región predilecta de ‘Leo’

Esta no es la primera vez que el protagonista de Titanic invierte en Israel. En años anteriores financió la red social Mobli, un intento fallido de competir con Instagram, y respaldó a Aleph Farms, una empresa dedicada a producir carne cultivada en laboratorio.

Ambas iniciativas fueron presentadas como parte de su apuesta por la innovación tecnológica y la sostenibilidad.

Pero lo cierto es que, más allá de su figura como estrella hollywoodense y activista, el actual contexto del conflicto en Gaza ha reconfigurado la percepción pública sobre sus decisiones.

El hecho de construir un hotel de lujo en una zona tan cercana al epicentro de una crisis humanitaria ha puesto en entredicho su coherencia como figura pública comprometida con causas sociales.

Mientras el proyecto continúa avanzando, la controversia no parece disminuir. La imagen de Leonardo DiCaprio, hasta ahora asociada a causas progresistas y ambientales, enfrenta un momento de tensión entre su discurso público y sus acciones privadas.

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