Durante este jueves, el alcalde de Estación Central, Felipe Muñoz, se refirió en ADN Hoy a la situación que enfrenta la comuna por la instalación masiva de edificios conocidos como “guetos verticales”, fenómeno que, según detalló, duplicó la población en apenas cinco o seis años.

“Es de conocimiento público la situación crítica que vive nuestra comuna. En un periodo muy breve —de apenas cinco o seis años— se construyeron más de cien edificios, lo que prácticamente duplicó nuestra población. Este crecimiento desmedido dejó a la comuna con un grave déficit de equipamiento urbano: hoy nos faltan al menos tres consultorios, más de diez jardines infantiles, nuevos colegios y muchas áreas verdes”, indicó.

El jefe comunal también apuntó al perfil de los dueños. “Cerca del 70% de quienes son propietarios de estos departamentos no viven en ellos. Son inversionistas, muchos con más de 20, 30 e incluso hasta 70 propiedades solo en esta comuna. Y ninguno de ellos paga contribuciones”, aseguró.

A esta situación se sumó, según explicó, el impacto de la crisis migratoria. “Nuestra comuna concentra la mayor colonia de personas venezolanas en la Región Metropolitana, con al menos 26 mil personas, según el censo anterior. Sabemos que esa cifra puede ser incluso mayor, considerando que muchas personas no respondieron el nuevo censo”.

“Trabajamos constantemente en campañas sobre normas de conducta, uso del espacio público, control del ruido y consumo de alcohol en la vía pública. Nuestro objetivo es que los nuevos vecinos comprendan e integren las reglas básicas de convivencia que hemos construido como comunidad”, comentó.

Plan regulador

Muñoz señaló que por primera vez en 40 años la comuna cuenta con un plan regulador. “Establece una altura máxima de hasta 12 pisos en sectores específicos, con un desarrollo progresivo desde los dos pisos en adelante, dependiendo de la conectividad de la zona. Se establecen también zonas de valor patrimonial y se promueven incentivos normativos para proyectos de interés público, como viviendas subsidiadas o espacios privados de uso público”.

“Para muchos puede parecer algo obvio, pero en comunas como Ñuñoa o Providencia es común encontrar edificios con jardines, iluminación adecuada, y veredas amplias. Aquí, en cambio, la vereda muchas veces no cumple la normativa mínima y se levanta, de inmediato, una torre de 38 pisos. En algunos de esos edificios viven más de 1.800 personas, lo que genera situaciones completamente anómalas”, añadió.

Hacinamiento extremo

Muñoz destacó algunos de los puntos más críticos en la comuna: “En una sola manzana, en calle María Rosa Velásquez con Ecuador, viven 20 mil personas. En Conde del Maule, una sola calle alberga a 16 mil. En Toro Mazotte, que ha sido ampliamente cubierta por los medios, viven 14 mil personas. Son cifras que superan la población total de varias comunas de la Región Metropolitana”.

“Todo esto ocurrió en apenas cinco o seis años. Hoy, con el nuevo plan regulador y la creación del Consejo de Regeneración Urbana —integrado por académicos, representantes de la sociedad civil y exministros— buscamos proponer soluciones de fondo”, finalizó.