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Con tácticas militares y pasaporte falso: así operaba el exagente venezolano detenido por secuestros

La PDI capturó a cinco miembros de Los Piratas, entre ellos un experto en seguridad del régimen de Maduro.

Con tácticas militares y pasaporte falso: así operaba el exagente venezolano detenido por secuestros

Con tácticas militares y pasaporte falso: así operaba el exagente venezolano detenido por secuestros / Hans Scott

En los márgenes del sur de Santiago, donde la vida transcurre entre ferias, tráfico lento y calles sin nombre, la Policía de Investigaciones detuvo a cinco hombres acusados de formar parte de una célula dedicada al secuestro. Hasta ahí, un operativo más contra el crimen organizado. Pero uno de los capturados tenía una historia que desentonaba incluso entre delincuentes: era un exagente del comando antiextorsión y secuestro de la Guardia Nacional Bolivariana de Venezuela.

Lo llamaban “El Gringo”. Su nombre verdadero, Ansoni Morales, estaba registrado en documentos oficiales del régimen de Maduro. Y aunque ingresó a Chile por un paso no habilitado, su experiencia no era la de un migrante cualquiera. Antes de cruzar la frontera, perteneció a una unidad de élite especializada en lo mismo que hoy lo incrimina: secuestros.

El subprefecto Hassel Barrientos, jefe de la BIPE Antisecuestros Metropolitana, lo explicó con frialdad en un punto de prensa: Morales no lideraba la banda, pero tenía un rol operativo clave. Su historial lo convertía en una pieza valiosa para una célula criminal del Tren de Aragua, conocida como Los Piratas, que opera en la zona sur de la capital chilena. La evidencia incautada, incluidos emblemas que confirmaban su pasado militar, cerró el círculo.

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Morales no solo sabía moverse en el terreno. También conocía las técnicas de investigación, los patrones de persecución policial, los ángulos ciegos de los operativos. “Para estas organizaciones, tener a alguien con entrenamiento en tácticas de abordaje y evasión es una ventaja”, dijo Barrientos. La frase resume un fenómeno preocupante: estructuras delictuales que importan no solo armas o drogas, sino también conocimiento militar.

Según la información del caso, Morales fue contratado como “seguridad” por la banda, un eufemismo para describir su participación directa en los secuestros. Los otros cuatro detenidos, también de nacionalidad venezolana y con situación migratoria irregular, formaban parte del mismo entramado. Todos fueron formalizados y quedaron en prisión preventiva.

La historia de Morales abre más preguntas que respuestas. ¿Cuántos otros exfuncionarios armados han cruzado las fronteras sin ser detectados? ¿Cómo se reconfiguran las bandas cuando incorporan tácticas militares a su repertorio delictivo? En este caso, la frontera no fue una barrera. Fue solo el primer paso.

Mientras los detenidos esperan juicio, la Fiscalía Centro Norte y la PDI siguen atando cabos. Lo que está claro es que “El Gringo” no cruzó el desierto buscando asilo ni oportunidades. Cruzó sabiendo qué hacer al otro lado.

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