La cuarta temporada de “The Bear” apuesta por la emoción y la intimidad tras las críticas al exceso de ambición
La serie recupera su corazón con una narrativa más contenida, aunque aún persisten algunos vicios de las entregas previas.
El Oso The Bear
Tras el revuelo generado por su tercera temporada, calificada de dispersa y pretenciosa, The Bear (El oso) regresó con una cuarta entrega que se siente como una reconciliación con su público.
La producción presente en Disney+ retoma la historia justo después de que el restaurante homónimo recibiera una reseña tibia en el Chicago Tribune, que cuestionaba su falta de armonía y la constante reinvención del menú. Este juicio negativo marca el tono de una temporada en la que Carmy (Jeremy Allen White) se propone enmendar errores, pedir perdón y, de paso, salvar su proyecto más ambicioso.
El nuevo ciclo se caracteriza por un enfoque más pausado y reflexivo, con episodios que priorizan los diálogos y los momentos de introspección sobre el vértigo culinario que definía los inicios de la serie.
Aunque algunos críticos señalan que la trama avanza con lentitud —y que ciertos conflictos menores se estiran más de lo necesario—, otros destacan la madurez de la propuesta.
Entre los momentos más valorados figura un episodio centrado en Sydney (Ayo Edebiri), que se aleja de la cocina para replantearse su futuro profesional en una secuencia que permite conocer otras capas del personaje.
The Bear / El Oso
Pese a la voluntad de volver a las raíces, El Oso no renuncia del todo a sus marcas registradas: los montajes musicales de clásicos del rock, las largas conversaciones sobre la naturaleza de las relaciones y la tensión latente entre la ambición personal y el sentido de comunidad. Sin embargo, esta vez el creador Christopher Storer parece más consciente de las críticas, reduciendo las apariciones de figuras mediáticas y devolviendo el protagonismo al núcleo del reparto.
Aunque persisten reparos sobre la reiteración de ciertos temas, la cuarta temporada logra recuperar parte del encanto inicial con un retrato más honesto de la familia elegida que habita entre fogones y traumas.