El conflicto oculto tras uno de los teatros más emblemáticos de Chile
Un lugar de encuentro cultural podría bajar su telón y convertirse en un centro comercial.
A lo largo y ancho de Chile tenemos un sinfín de lugares en los que podemos disfrutar de nuestra rica cultura, sobre todo cuando se trata de sitios tan especiales como los teatros.
Sin embargo, muchos de estos sitios deben enfrentar amenazas que van más allá de concurrencia del público. Y es que el avance y crecimiento de las ciudades muchas veces pueden ser un enemigo complejo.
Es precisamente este punto el que afecta a uno de los centros más emblemáticos en el norte del país, ya que podría bajar su telón de forma definitiva y ceder el lugar para nuevos mercados.
Se trata nada más y nada menos que del Teatro Centenario, ubicado en la intersección de Gregorio Cordovez con Los Carrera, en el corazón del casco histórico de La Serena.
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Desde el 2022, bajo la administración de Sebastián Bravo, ha recobrado su vida y actividad cultural, siendo un motivo de celebración entre los vecinos.
Sin embargo, en la actualidad enfrenta una amenaza real que podría sacarlo del mapa para siempre, siendo un duro golpe para la cultura.
Esto se enmarca en un conflicto legal y administrativo contra Alta Cruz SpA., empresa arrendataria del edificio y representada formalmente por Luis Retamal.
Denuncias cruzadas
En junio de 2022, Bravo firmó un contrato de subarriendo por 17 años con Alta Cruz SpA., para operar el recinto, incluido un periodo inicial de gracia sin pago de canon, seguido por un escalamiento progresivo del arriendo.
Pero al cumplirse ese primer año, según Retamal, los pagos dejaron de efectuarse desde abril de 2024. “Bravo nos dijo que estaba complicado. Como una manera de ayudarlo, le dimos un 50% de descuento durante cuatro meses. Luego dejó de pagar definitivamente”.
Alta Cruz también denunció la subarrendación no informada de espacios, uso irregular de áreas anexas del Arzobispado y funcionamiento sin una patente comercial vigente, lo que les llevó a solicitar la clausura del local ante la municipalidad.
En febrero pasado, autoridades locales realizaron una fiscalización con presencia de Carabineros, PDI, SII, Inspección del Trabajo y personal de Salud.
La acción derivó en una multa por posesión de bebidas alcohólica, algo que Bravo desestima: “Presentamos los descargos… tenemos mucha confianza en que esta multa va a ser descartada”.
Por su parte, Alta Cruz interpuso una demanda en el 2º Juzgado de Letras de La Serena exigiendo pago de arriendos atrasados y apelando a irregularidades administrativas.
El pulso de la cultura local
Desde su reapertura, el Teatro Centenario ha recibido a figuras de renombre como Mr. Bungle, Los Jaivas, Illapu, Inti Illimani y Quilapayún, además de numerosas bandas tributo y espectáculos de jazz, humor y shows familiares. A esto se suman la apertura de una cafetería y patio de comidas que han contribuido a reactivar el centro de La Serena.
Sebastián Bravo, en defensa del proyecto cultural, afirma que cuentan con “el apoyo de la ciudadanía, quienes han visto nuestro trabajo, generando algo que nunca había existido en la región”.
“Esto nos ha generado una pérdida económica incalculable”, lamentó en su momento, especialmente por el cierre temporal del restaurante y la “incertidumbre” entre artistas para agendar eventos.
En respaldo a su gestión, se lanzó la campaña “Salvemos al Teatro”, que ha reunido más de 6.700 firmas en menos de dos semanas.
Situación delicada y futuro incierto
Para Alta Cruz, el objetivo es “reestablecer las condiciones originales del contrato“. Y si bien aseguran un interés en la continuidad del espacio cultura, no descartan la opción de convertir el lugar en un supermercado o un centro comercial.
Este negativo escenario enciende las alarmas en la comunidad, apuntando una “pérdida de acceso ciudadano” al patrimonio local.
Mientras tanto, el Arzobispado, propietario del inmueble, ha mantenido silencio, pese a que su representante, el arzobispo René Rebolledo, firmó documentos oficiales relacionados con la recepción municipal del edificio.
El futuro del Teatro Centenario pende de decisiones judiciales y municipales: La resolución de la demanda por incumplimiento de arriendo, la validación de la patente comercial y la intervención del Arzobispado.
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