Esta es la fibra que está presente en muchos alimentos y que produce el mismo efecto que fármacos para bajar de peso
Un estudio de la Universidad de Arizona confirmó que una fibra activa la misma hormona que los fármacos para adelgazar.

La búsqueda por perder peso sin contar calorías, sin pasar hambre ni depender de inyecciones diarias ha llevado a millones de personas a probar nuevos tratamientos, algunos de ellos costosos o con efectos secundarios.
En concreto, un grupo de científicos estadounidenses volvió la mirada hacia algo mucho más simple: lo que comemos todos los días.
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Un estudio de la Universidad de Arizona reveló que una fibra presente en alimentos como la avena, la cebada y ciertos hongos podría ser clave para controlar el apetito de forma natural.
Además de promover la saciedad, esta fibra ha demostrado reducir el colesterol LDL y mejorar el control de la glicemia, lo que también contribuye a una mejor salud metabólica.
Según los investigadores, este compuesto genera una respuesta fisiológica que imita los efectos de los medicamentos para la obesidad, pero sin intervención farmacológica.
¿Qué alimentos contienen esta fibra para bajar de peso?
Se trata del betaglucano, un tipo de fibra soluble que al llegar al intestino forma un gel que ralentiza la digestión y desencadena la liberación de una hormona relacionada con la saciedad.
Esa hormona es el GLP-1, la misma que activan medicamentos como Ozempic, conocidos por su capacidad para reducir el apetito y ayudar a bajar de peso.
Aunque el efecto natural del betaglucano es más leve —ya que los niveles de GLP-1 que se alcanzan a través de la dieta son menores a los inducidos por fármacos— los expertos aseguran que los beneficios son reales y sostenibles.
Los alimentos que contienen betaglucano incluyen la avena, la cebada, las levaduras y algunos tipos de setas, ingredientes comunes y accesibles que podrían convertirse en aliados clave dentro de una estrategia de salud más natural.
En Chile, el Ozempic está indicado exclusivamente para pacientes con diabetes tipo 2. Por eso, si una persona lo tiene prescrito por esa condición, podría resultar complejo —e incluso riesgoso— que interprete erróneamente que la fibra puede reemplazar ese tratamiento, advierten desde Novo Nordisk.