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Con Judas Priest como broche de oro: así fue la primera noche del Masters of Rock 2025

Pentagram, Opeth y Savatage también fueron parte de la encendida primera noche de un festival que continuará con Europe y Scorpions como plato fuerte el 24 de abril.

Con Judas Priest como broche de oro: así fue la primera noche del Masters of Rock 2025

Santiago

Con un Movistar Arena que desde temprano comenzó a llenarse de poleras negras, chaquetas de cuero y una multitud sedienta de distorsión, la primera jornada del Masters of Rock 2025 dejó en claro que el evento ya se consolida como una de las citas imperdibles para los fanáticos del metal y el rock en Chile.

La intensidad fue creciendo con cada banda, en una noche que viajó por distintos matices del género y que tuvo como punto cúlmine la presentación de Judas Priest.

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Pentagram brutal

A las 18:00 horas, el Movistar Arena, que recibía a montones de fieles fanáticos del maldito rock, comenzó sus primeros gritos, con la brutalidad de los chilenos Pentagram.

Los nacionales repasaron sus clásicas piezas de 1985 y 1987, además de llegar con su regreso discográfico Eternal life of Madness.

Fatal Predictions, Demented, Evil Incarnate y Possesor fueron parte fiel de su setlist, el cual también incluyó la euforia y energía única del Demoniac Possesions.

Opeth y su increíble sonido

A las 19:00 fue el turno de Opeth, un show que fue la representación del metal progresivo que desencadenó aplausos entre sombras y melodía.

Con §1 arrancaron los suecos formados en los 90’, para seguir con Masters Apprentices y The Leper Affinity.

En un Movistar que en su cancha evidenció un mar de fanáticos gozando, la banda se vio demostrativa con el público, conectados con las sensaciones y esbozando palabras en español.

§7, In my time of need y Ghost of perdition continuaron con el setlist y la energía, que en ningún momento se detuvo, hasta darle el paso a Sorceress y Deliverance, sellando un encuentro con un sonido impecable.

Savatage y los aplausos a brazo extendido

En la cancha se ven familias completas, niños y niñas acompañados de adultos dispuestos a mover las melenas alocadas en un contexto en el que el negro y las cadenas se roban la película. Pero no es solo estilo, es la muestra de una religión, una manifestación de que el metal está más vivo que nunca.

Así, a las 21:00 horas, Savatage dio el puntapié inicial a su presentación. Recibidos por el cálido coreo de sus fieles, que impacientes esperaban su debut, la banda norteamericana formada en los 90 por Jon y el fallecido Criss Oliva, saludaron y empezaron con The Ocean para luego interpretar sus clásicos Edge of thorns, Gutter Ballet y When the crowds are gone, no sin antes, proponer un emotivo momento, en el que Jon Oliva aparece en pantalla, tocando el piano e interpretando Believe. Al momento, se le sumaron las luces de un público que mantuvo sus linternas en alto, dando el paso, al solo de Criss en pantalla, a modo de homenaje.

Para despedirse, Savatage lo dio todo con Hall of the Mountain King, tema inspirado en la obra clásica de Edvard Grieg, que fusiona metal y elementos sinfónicos de una forma que pocas bandas se atrevían a intentar en 1987, año en el que lanzaron el emblemático tema que define a su quinto álbum.

Judas Priest siendo Judas Priest

A las 22:30, el Movistar Arena alcanzó su punto máximo de euforia con el ingreso triunfal de Judas Priest. Rob Halford, con una actitud cercana y poderosa, no solo impuso presencia vocal sino que también se mostró cálido y comunicativo con la audiencia, que lo ovacionó desde el primer minuto.

La cancha y las tribunas vibraban con un entusiasmo desbordado, en lo que fue el momento más álgido en términos de asistencia y energía de la jornada.

El rugido de la multitud fue recibido con el inicio demoledor de Panic Attack, marcando la entrada de Judas Priest al escenario quienes aparecieron tras una larga tela. Los británicos no dieron tregua, y desplegaron su arsenal de clásicos con You’ve Got Another Thing Comin’, Rapid Fire y Breaking the Law, mientras la euforia colectiva se apoderaba del Movistar Arena.

La interpretación de Love Bites, Devil’s Child y Crown of Horns mantuvo la llama encendida, y el espíritu de los años dorados se sintió más vivo que nunca con Sinner y Turbo Lover.

Luego dieron paso a la estrenada en 2024, Invincible Shield y la icónica Victim of Changes. Halford no se detuvo nunca en cuanto a su interacción con la gente, y tras un juego vocal con el público, su ya clásico “Yeah, yeah, yeah!”, dio paso a The Green Manalishi, versión potente del tema de Fleetwood Mac.

El cierre llegó de la mano de Painkiller y el esperado Living after Midnight tras un encore, lo que fue un verdadero estallido sónico, con el Movistar Arena completamente rendido a los pies de la leyenda. Fue aquí donde realmente se notó la capacidad total del recinto: cada rincón retumbaba con los ecos de las voces de los amantes del heavy metal.

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