• 23 DIC 2025

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Joven pianista ruso brilla en el arranque de las Semanas Musicales de Frutillar

Vladimir Petrov triunfó en el tradicional festival sureño, que partió el pasado domingo 27, y que se desarrollará hasta el 5 de febrero.

Ya van dos jornadas de las Semanas Musicales de Frutillar en su edición 51, y una revelación se produjo en el primer concierto del segundo día. El joven pianista ruso Vladimir Petrov llegó al festival por el hecho de ganar el Concurso Internacional «José Jacinto Cuevas» de México, y su presencia no dejó indiferentes a los melómanos ubicados en el anfiteatro posterior del Teatro del Lago, aquel en que se ve el lago Llanquihue tras los artistas.

Su recital de alto vuelo, lleno de poesía, nos hace dejar de lado aquellos prejuicios de que los rusos “aporrean” el piano. Petrov hizo gala de una sensibilidad a toda prueba, paseándose por un repertorio variado sin desdibujar cada estilo, y obteniendo resultados de ensueño.

En los ‘Momentos Musicales’ de Rachmaninov y el ‘Vals Mefisto’ No.1 de Franz Liszt su virtuosismo estuvo acompañado de certera concentración, extrayendo drama y sutil expresión. En piezas de Ravel, Scriabin, Schumann y Bach, invitó a soñar, reflexionar, sumergiéndonos en el mundo íntimo de cada compositor. De todas maneras, el nombre de Petrov hay que tenerlo en mente, pues podríamos volvernos a encontrarlo.

Menos afortunados estuvieron los primeros conciertos vespertinos, que como es  larga tradición, estuvieron a cargo de la Banda Sinfónica FACH, dirigida por Fabrizzio De Negri, quien la guía desde hace 15 años. La gala inaugural estuvo dedicada a Tchaikovsky, con su Quinta Sinfonía al final, y selecciones de los ballets más famosos del compositor (y de toda la historia), ‘Cascanueces’ y ‘El Lago de los Cisnes’.

Unos pocos fragmentos de los ballets contaron con la presencia de bailarines de la escuela del propio Teatro del Lago. Si bien hicieron un bello trabajo, el contexto no fue el adecuado. Fue una pincelada del arte del ballet, dejándoles un pequeño pedazo del escenario, lo que se vivió como una mera caricatura, y no la real sustancia, como si se hubiese montado de verdad un ballet, con músicos en el foso y todo.

Más encima, la banda sonó desajustada, con numerosas desafinaciones, desfases, y un sonido general poco pulcro. El segundo concierto de la FACH estuvo dedicado a la música del cine, repertorio habitual de la banda, que sonó muy superior, y es efectivo para enganchar audiencias, aunque se extraña más profundidad en la oferta.

Claro que el gran enigma aquí es la falta de balance entre adaptaciones y música concebida para el formato de banda sinfónica, una tendencia al alza en los últimos años de la agrupación castrense. Claramente se ha dejado de lado lo segundo, y un conjunto como este debiese cultivar el arte pensado en esta conformación instrumental.

Hay una enorme cantidad de repertorio compuesto para su formato, buena parte de la pluma de eminentes compositores estadounidenses, donde abundan las bandas sinfónicas. Y por otra parte, siendo un grupo que es todos los chilenos, podrían ellos mismos nutrir el repertorio encargando piezas a nuestros compositores activos a lo largo y ancho de Chile.

La Banda FACH ha brillado en otros años con propuestas novedosas, pero en esta versión se quedaron atrás. Las Semanas Musicales continúan hasta el 5 de febrero, y se esperan las presentaciones de la Orquesta de Cámara de Chile, la Sinfónica Nacional Juvenil, el afamado clavecinista Leon Berben, la Orquesta de Cámara de Valdivia, y la Sinfónica Nacional de Chile.

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