Científicos franceses confirman que Hitler murió en su búnker
Gracias a unos restos de dentadura rescatados por soldados soviéticos, los especialistas echar por tierra las teorías conspirativas.

Adolf Hitler no escapó a Argentina en un submarino ni a una base oculta en la Antártica o en el lado oscuro de la Luna, como aseguran diversas teorías conspirativas. El líder nazi falleció en un búnker al final de la Segunda Guerra Mundial, como afirma la historia, y ahora el primer estudio al cadáver del jerarca.
El cuerpo de Hitler se ha incendiado, enterrado en secreto, desenterrado por los soviéticos, escondido por la KGB, pero después de 73 años, unos patólogos franceses convencieron al gobierno ruso y analizaron los últimos restos conocidos del genocida: un pedazo de bala disparada a su cráneo y unos dientes.
Las partes fueron rescatadas por soldados soviéticos que llegaron hasta el búnker, en Berlín, donde fuerzas de la SS quemaron los cuerpos del autor de Mi Lucha y de Eva Braun.
La oficina de Hitler en el búnker
Gracias a ese rescate, los científicos establecieron: "Las dentaduras coinciden con las descripciones proporcionadas por el dentista de Hitler y no revelaron rastros de carne, lo que es coherente con el hecho de que el Führer era vegetariano".
"Los dientes fueron fácilmente identificables debido a las prótesis y puentes conspicuos e inusuales descritos por el dentista personal de Hitler, Hugo Blaschke y su asistente, Kathe Heusermann. Por tanto, eran auténticos, no hay ninguna duda, y nuestro estudio demuestra que Hitler murió en 1945".
"De esta forma, podemos detener todas las teorías de la conspiración sobre Hitler. No huyó a Argentina en un submarino, no está en una base oculta en la Antártida o en el lado oculto de la Luna", concluye el estudio.
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