Estudio determinó que existe más de un tipo de lágrima

La fotógrafa estadounidense Rose-Lynn Fisher, realizó un proyecto llamado "La topografía de las lágrimas", donde logró determinar que existen tres tipos de éstas.

Para determinarlo, la artista visual tomó muestras de lágrimas en diversos contextos, las dejó secar y posteriormente las estudió con microscopios electrónicos de barrido, que terminaron revelando diversas formas y variado números de moléculas, las cuales dependen de la situación en las que fueron sacadas.

Finalmente, tras cinco años de estudios, se concluyó que son tres los tipos existentes: las lubricantes, reflejas y emocionales.

La primera es aquella que secreta en pequeñas cantidades y sirve como una protección para los ojos.

La segunda actúa como un mecanismo de defensa frente a agentes irritantes, como el humo y el viento, entre otros.

Y la última es la que aparece como respuesta a diversos sentimientos, las cuales tienen más hormonas a bases de proteínas que las basales y las reflejas, y ayudan a eliminar del cuerpo los efectos adversos químicos de la emoción contenida.

De acuerdo a lo explicado por Juan Pablo Cavada, oftalmólogo de la Clínica Puerta del Sol, "podemos llorar porque estamos tristes o felices, también por el efecto que causa el cortar una cebolla o simplemente, para desahogarnos y sentirnos aliviados. Pero al mismo tiempo se trata de diferentes emociones que, a su vez, generan lágrimas morfológicamente distintas, aunque compuestas por los mismos elementos que son agua, aceites, minerales, proteínas, entre otros", todo esto debido a que la composición básica de la lágrima permanece constante, pero existen cambios químicos en las mismas, según el área del cerebro que se activen según cada estímulo.

"En este sentido, las lágrimas emocionales contienen más hormonas y leucina encefalina, un analgésico natural que se libera cuando el cuerpo está bajo estrés. Además, las lágrimas vistas bajo el microscopio cristalizan la sal y pueden dar lugar a diferentes formas. Las lágrimas finalmente son como las huellas dactilares, ninguna lágrima es igual a otra", finalizó.