Hijo de Chespirito: «Él jamás pretendió hacer algo tan monstruosamente grande»

"Es difícil de asimilar, ves que pasa el tiempo y sigue teniendo ese impacto. Más que el reconocimiento de su carrera, la gente le tiene

", dice Roberto Gómez Fernández al recordar a su padre, Roberto Gómez Bolaño, el escritor y comediante "Chespirito".

La obra del responsable de clásicos de la televisión hispanoparlante, como "El Chavo del Ocho" o "El Chapulín Colorado", se tomará la edición 2015 del Paris Parade, con recreaciones gigantes de los personajes recorriendo la capital.

Según cuenta Gómez, para él e incluso para su padre era todo un misterio el gran éxito que cosechó con sus creaciones.

"Ni mi padre entendía las causas del fenómeno. Jamás pretendió hacer algo tan monstruosamente grande", dice, aunque rescata la fórmula que lo llevó a ser uno de los comediantes más renombrados de Hispanoamérica. "Es una combinación de un buen tino, de un genio con un gran conocimiento de la condición humana y un trabajo de guionista extraordinario", comenta.

Es este último aspecto, la escritura, donde Chespirito concentraba buena parte de sus fuerzas, dice su hijo. "Él le dedicaba tiempo a los libretos, los escribía a todos, los del 'Chavo del ocho', del 'Chapulín Colorado', todos", revela.

Pese al arduo trabajo que realizaba, Gómez Fernández asegura que su padre siempre estuvo presente, "porque trabajaba en casa, salvo cuando iba a Televisa o hacía sus giras. Su vida era muy poca glamorosa".