¿Acaso volverá? Antonio Vodanovic hizo una interesante propuesta para el Festival de Viña del Mar

Este año tampoco Viña tendrá Festival. Por segundo año consecutivo, el tradicional evento musical de la Quinta Vergara no se realizará, debido a la pandemia del covid-19 y sus aforos reducidos. Para paliar la ausencia de este certamen, surgió una propuesta interesante con el fin de revitalizar su principal función: ser el festival de la canción.

En Contigo en la mañana, Antonio Vodanovic entregó sus impresiones sobre la falta que hace el Festival de Viña y cuál sería la mejor forma de revivirlo.

«Siempre me ha interesado la producción, mucho más que estar en pantalla«, expuso el histórico animador del certamen. «Pero dadas la circunstancias, la evolución del país, el concepto nuevo de lo que es la música, yo hablo de música étnica que no tiene definición de ritmo, una canción folclórica puede ser perfectamente internacional».

En esa línea, Vodanovic propuso que el Festival de Viña sea «una sola gran competencia con diez artistas, siete de los cuales sean latinoamericanos, tres chilenos y volver a la verdadera esencia del festival, que era Festival de la Canción. Porque hoy, estamos haciendo show en vez de festival«.

Además, comentó que «creo que una competencia sólida no va a afectar el rating, y le va a dar un verdadero sentimiento a Viña del Mar. La marca que ha estado dos años opacada puede recuperarse con una competencia y con un show que esté dentro de las posibilidades».

Finalmente, el animador Antonio Vodanovic expresó que «Viña tiene que volver a ser el festival donde nacen canciones que eventualmente pueden ser un éxito«.

¿Viña dejó de ser un concurso?

Los orígenes del Festival de Viña se remontan a la década de los 60. En sus inicios, se transmitía por radio y sus jornadas eran extensas. Incluso llegó a durar dos semanas. Partió como una fiesta de verano con el fin de potenciar el turismo de la ciudad jardín, y luego derivó en un evento televisivo al que llegaban grandes artistas y otros debutantes, como Julio Iglesias.

La internacionalización definitiva del festival se concretó en la década de los 90, con Megavisión -el nombre antiguo de Mega- y sus convenios con Televisa. Aún en ese entonces la competencia tenía una gran notoriedad y por el escenario pasaron Shakira -antes de su despegue-, Paolo Meneguzzi y Abel Pintos, entre otros.

De hecho, la canción más icónica de la historia del certamen es «Laisse-moi le temps», interpretada por Romuald. En la competencia de 1973, meses antes del inicio de la dictadura militar de Augusto Pinochet, la decisión del jurado generó polémica por dejar este tema en el segundo lugar, priorizando «Los pasajeros» de Julio Zegers.

Más tarde, Paul Anka convirtió esta canción en «Let me try again», uno de los grandes éxitos que se le atribuye a Frank Sinatra. Su melodía suele utilizarse como cortina en las jornadas festivaleras.

Esta es la importancia del Festival de Viña como concurso musical, aunque en los años venideros pasó a convertirse en un cartel de artistas consagrados, en los que la competencia quedaba en otro plano, emitiéndose por televisión incluso a las dos de la madrugada.

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