Las narrativas musicales de Alondra Huerta-Salinas: «Mi gran contacto desde mis inicios fueron las bandas sonoras»

Valdivia se está convirtiendo en un muy nutrido polo artístico para la música de tradición escrita chilena. Junto al trabajo que hacen las dos orquestas locales (Orquesta de Cámara de Valdivia y Filarmónica de los Ríos), varios compositores nacionales se han asentado en la sureña ciudad, ya sea por oportunidades profesionales en la docencia, o por opción propia.

En este segundo grupo entra Alondra Huerta-Salinas, nacida en Paine en 1994, formada en Santiago, pero que hizo de Valdivia su hogar hace dos años. «En Valdivia hay harto espacio para la música», explicó a ADN esta emergente compositora, que se hizo un lugar dando clases particulares y colaborando con el Foro de Compositores del Sur, un colectivo que reúne a creadores de las regiones meridionales.

Comenzó en el piano, «pero rápidamente mi profesora, Constanza Rosas, se dio cuenta que lo mío era la composición». Y puntualizó: «Creo que me siento más cómoda detrás del escenario que arriba de él». De allí pasó a estudiar composición para cine y medios audiovisuales en el Instituto ProJazz, bajo la tutela de Esteban Illanes. «Mi gran contacto con la música desde mis inicios fueron las bandas sonoras, y mi estética está conectada con eso, con la narrativa musical, con elementos predecibles ligados a emociones, o sea, música para contar historias».

Ahondando en lo que se refiere a su estilo personal: «Soy bastante admiradora del período romántico, y es el que más he estudiado, por lo tanto, es una gran influencia. Yo diría que mi lenguaje es bastante dulce, una estética liviana, y una inspiración muy importante es la naturaleza». Agregó además que nota que en su trabajo deambula entre los sonidos medios a los agudos, «no me muevo tanto en los bajos».

Proyectos actuales y futuros

En agosto pasado la Orquesta de Cámara de Valdivia presentó su obra «Simbiosis del Delta Fluvial»: «Fue un proyecto surgido del Foro de Compositores del Sur, la dirigió Christian Lorca, y cuenta con tres movimientos, denominados ‘Sedimento’, ‘Agua’ y ‘Delta’. En mis partituras yo les hablo a mis intérpretes a través de las indicaciones, cuento cuentos relacionados con el discurso musical».

En lo inmediato, se presentará en el Teatro Diego Rivera de Puerto Montt su obra «Los Cerros Azules», para violín y guitarra, «inspirada en Paine, mi tierra natal». Mientras que en diciembre, el Dúo Kanbul ofrecerá en Valdivia el díptico «Dos Observaciones», para clarinete y piano.

En el plano internacional prepara una colaboración con la Boulder Symphony en Colorado, Estados Unidos. «Corresponde a una iniciativa de Edgar Girtain, compositor estadounidense que vive en Puerto Montt, donde es director de la Casa de las Artes en la Universidad Austral», relató, «la premisa es hacer una obra con variaciones hechas por distintos compositores. Hicimos un concurso en el Foro, y de manera anónima se seleccionó mi obra «Acacia», que va a ser variada por otros compositores, y todo sería presentado por la orquesta en marzo del 2022″.

Para el próximo año también tiene un proyecto Fondart, de realizar una obra para la Orquesta Juvenil Kurrub Ulkatub, del Alto Bio Bio. «Sería presentada en ocasión del We Tripantu, e incorporará instrumentos del pueblo mapuche, ya que la propuesta de esta agrupación es la identidad territorial», cerró.