Virtuosismo orquestal en el inicio de temporada del Municipal de Santiago
La maestra Alejandra Urrutia lideró a la Filarmónica de Santiago en un ovacionado programa con obras de Bartók, Ginastera y Gabriela Lena Frank.

Filarmónica de Santiago y Alejandra Urrutia
En marzo del año pasado, música de compositoras sonó con fuerza en el Teatro Municipal de Santiago, de la mano de la reconocida directora chilena Alejandra Urrutia. Parte de ese espíritu se revivió en la apertura de temporada del tradicional espacio, con una compositora en el programa y nuevamente la maestra Urrutia en el podio.
Pero la unidad de la oferta musical en esta oportunidad fue más allá. Fueron tres obras que básicamente dan pie para el lucimiento de una gran orquesta, en este caso la Filarmónica de Santiago, agrupación que tras la pandemia ha sabido mantener un alto estándar artístico, tanto en lo sonoro como en lo programático.

Alejandra Urrutia
También la terna de piezas está enlazada en cuanto al flujo de influencia de sus compositores. El fundamental compositor húngaro Béla Bartók influyó al gran maestro argentino Alberto Ginastera, y este a su vez a la compositora peruana-estadounidense Gabriela Lena Frank, esta última una creadora del presente.
De Frank se interpretó ‘APU’, un vasto fresco orquestal, pletórico de aires rítmicos y melódicos del Perú profundo, que inspiran a esta interesante compositora. Urrutia dirigió con total convicción, buscando ser persuasiva en cuanto a las fortalezas de la pieza, y los músicos respondieron de la mejor manera.
Las Variaciones Concertantes de Ginastera dejan en desnudo las voces individuales de la orquesta. Su material musical de alta sensibilidad se dejó ver esplendorosamente en manos de Urrutia y los músicos, a la vez que el movimiento final, un movido malambo, se erigió como un estratosférico clímax.

Filarmónica de Santiago
El Concierto para Orquesta de Bartók no necesita tanta presentación. Una obra sublime, que el público chileno asiduo conoce bien, y es una música que nunca deja de sorprender por su brillantez, y por el despliegue de virtuosismo que extrae de una orquesta.
La versión de Urrutia se resume en la importancia del contraste del material, del balance de los tutti versus el lucimiento seccional de la orquesta. Nuevamente deja ver que la Filarmónica es una orquesta que puede abordar obras orquestales de grueso calibre.
Y así va a ser durante la temporada, ya que en su próxima fecha realizarán ‘La Consagración de la Primavera’ de Stravinsky (17 y 18 de marzo), y más adelante en el año, la Sinfonía ‘Fausto’ de Liszt (13 y 16 de mayo).
Sigue a ADN.cl en Google Discover
Recibe nuestros contenidos directamente en tu feed.























