Estados Unidos mató a Osama Bin Laden
Luego de diez años de búsqueda, el ejército de Estados Unidos dio muerte al líder de Al Qaeda. La noticia fue confirmada por el Presidente Barack Obama, quien dijo que luego de un enfrentamiento el terrorista falleció en una mansión a las afueras de Islamabad, Pakistán.
Fuerzas especiales de Estados Unidos mataron al líder de Al Qaeda, Osama Bin Laden, según anunció el presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Los agentes abatieron a disparos al líder de Al Qaeda en la localidad de Abottabad -a 80 kilómetros de Islamabad y en el norte de Pakistán- en una operación en la que no hubo bajas civiles ni estadounidenses.
El presidente aseguró que EE.UU. tiene el cuerpo del terrorista, un asunto de vital importancia para evitar el escepticismo que la noticia por sí sola podría causar. Con todo, fuentes oficiales añadieron que el cuerpo fue lanzado al mar. Oficiales de EE.UU. declararon posteriormente que un hijo adulto de Bin Laden y otros dos hombres podrían haber muerto en el ataque. Pese a todo, la cantidad de fallecidos en el asalto es incierta. Fuentes del Gobierno de Pakistán narraron que cinco guardias de Bin Laden cayeron también y cuatro más fueron detenidos.
En su alocución desde la Casa Blanca, Obama homenajeó a todas las víctimas del atentado del 11 de septiembre de 2001 contra las Torres Gemelas, que causó casi 3.000 muertos. "Esta noche se hizo justicia", manifestó. El presidente agradeció a todos los agentes que participaron en la operación y a los que ayudaron durante estos años a perseguir al terrorista. "EE.UU. lanzó un mensaje inequívoco: no importa cuánto tiempo haga falta, se hará", concluyó el presidente estadounidense.
La muerte del padre del terrorismo islamista internacional llega 10 años después de los atentados de Nueva York. Eliminar a Osama Bin Laden se había convertido en una obsesión para los Estados Unidos y había sido objeto de numerosas operaciones internacionales. Se especuló en diversas ocasiones con su muerte y se ofrecieron mareantes recompensas por cualquier pista sobre su paradero, pero Bin Laden seguía ahí, presente en las pesadillas de Washington.
Aunque hiciera tres años que no aparecía en público, Bin Laden seguía siendo un símbolo. El hombre que había logrado lo que una década atrás parecía una quimera: internacionalizar la yihad y extender el terror mediante alianzas con grupos asociados en todo el mundo. Decenas de células locales, inspiradas en el discurso de Bin Laden, atormentan a los jefes de inteligencia de varios continentes.
El ex presidente de Estados Unidos George W. Bush -bajo cuya presidencia se produjeron los ataques terroristas del 11 de septiembre de 2001- declaró pocos minutos después de la noticia que la muerte de Osama Bin Laden es una "victoria para Estados Unidos". David Cameron, el primer ministro británico, aseguró que se trata de "un gran alivio para el mundo". En la misma línea, el primer ministro israelí, Benjamin Netahyahu, declaró que la muerte de Bin Laden es "un triunfo atronador para las naciones democráticas que combaten el terrorismo".