«Gaviotazos», groserías y despedidas: los 20 momentos televisivos del Festival de Viña del Mar
El certamen viñamarino no solamente ha sido un escenario musical, sino también el centro de la polémica veraniega. Ha habido razones políticas, harto vínculo farandulero y por el actuar de algunos artistas.
El nombre oficial es «Festival Internacional de la Canción de Viña del Mar«: sin embargo, desde que partió su transmisión televisiva, ha tenido grandes momentos televisivos. Algunos políticos, otros graciosos y varios polémicos. Hasta el día de hoy, distintas generaciones guardan en la retina ciertas escenas icónicas del certamen.
En sus inicios, el Festival de Viña solamente aparecía en los periódicos y tenía más bien un carácter local. Luego, fue creciendo hasta que salió por las ondas de Radio Minería y a través del Canal 9 en el año 1963.
Si bien en la década de los 60 hubo un par de ediciones en las que se emitió a través de la pantalla chica, TVN ostentó la transmisión como la conocemos desde 1971, soberanía que impuso hasta 1993. Luego vendrían los otros canales, con sus pactos internacionales, a hacerse cargo de la organización festivalera.
Acá te presentamos los 20 momentos televisivos más relevantes del Festival de Viña del Mar, protagonizados por distintos actores, desde artistas hasta los mismos animadores.
1. El «Libre» de Bigote Arrocet
Este es uno de los momentos más polémicos en la historia del Festival de Viña. Fue en 1974, cuando Edmundo «Bigote» Arrocet canta sobre el escenario «Libre», uno de los temas emblemáticos de Nino Bravo. El momento político que se vivía en el país fue caldo de cultivo para que esta canción se transformara en un himno político. Los adherentes al régimen de Augusto Pinochet adoptaron este tema para representar la libertad del país del comunismo, tal como se decía en aquellos años.
En 2008, en el programa recopilatorio TV o no TV, la exesposa de Bigote Arrocet, la animadora Gabriela Velasco, explicó que la intención original de su marido era rendir homenaje a Nino Bravo, quien asistió al certamen en la edición de 1971 y falleció en abril de 1973 en un accidente automovilístico.
Cabe señalar que, en el mismo programa, Velasco -quien murió en 2019- reveló que fue detenida por agentes de la dictadura, estando embarazada de su hija María Gabriela. Ello, para remarcar que el «Libre» no tuvo motivos políticos, sino que fue un sencillo tributo a un artista muerto.
2. El primer festival de Augusto Pinochet
El Festival de Viña del Mar no tuvo ninguna interrupción durante la dictadura militar. Todo lo contrario, fue la plataforma del régimen para mostrar espectáculo, salud económica y sensación de bienestar a través de las pantallas de TVN, canal intervenido por agentes del Estado.
Así como el canal cubría todas las actividades del general Augusto Pinochet y su esposa, Lucía Hiriart, también hizo lo propio durante el primer festival que se realizó iniciado el gobierno militar, en 1974.
La vedette Sissi Lobato y el cuerpo de baile de su esposo, Éber Lobato, realizaban el show inaugural con una performance revisteril, cuando el locutor Heraldo García pide detener la música. Ahí es cuando le da la bienvenida a Pinochet, su esposa y sus escoltas. La orquesta de Horacio Saavedra cambia de tono y empieza a interpretar el himno nacional.
Las visitas al Festival de Viña del dictador, su esposa y los integrantes de la junta militar comienzan a ser recurrentes. Actualmente, ya no se estila la presencia del Jefe de Estado en los festivales, siendo el alcalde o la alcaldesa de la ciudad jardín la gran figura política del certamen.
3. «Te miro… gente»
En el año 1977, la elegancia y solemnidad del Festival de Viña del Mar se interrumpen con la participación de Raúl Alarcón, más conocido como Florcita Motuda, un ser proveniente de otro planeta que acude a la Tierra a cantar «Brevemente… gente». De eso se trata este tema que representa a Chile en la competencia internacional.
Por supuesto, la organización rechazó tajantemente el vestuario de Alarcón, quien se presentó con su real nombre en el concurso. Llegó con un suéter de cuello alto, pantalones con tirantes y pierna ancha, zapatos gigantes y lentes gigantes de color oscuro, estilo antiparras.
La mezcla entre la performance de Florcita Motuda, con el coro del festival detrás de él y la orquesta de Horacio Saavedra de fondo, llamó la atención del monstruo, que ovacionó y coreó los «shalalalalá» del cantante.
«Brevemente… gente» no ganó la competencia, pero Raúl Alarcón obtuvo otros dos premios: el de mejor intérprete y una segunda versión junto a Gloria Benavides, ataviada como «La Cuatro». Los dos cantaron el tema y nuevamente hubo ovación. Esta es una de las composiciones esenciales del artista chileno.
4. Julio Iglesias versus José Luis Rodríguez
El Festival de Viña del Mar de 1981 es considerado el mejor de la historia, por el nivel de estrellas que tuvo y por un choque de constelaciones musicales que revolucionó la prensa de la época. Los headliners de aquella edición fueron Julio Iglesias y José Luis Rodríguez, «El Puma».
Mucho se habló de una rivalidad entre ambos, ya que los dos se convirtieron en los emblemas del evento viñamarino. En la noche de clausura, todos los artistas que habían participado se subieron al escenario. Julio Iglesias estaba muy cansado, incluso con ropa incómoda… y después de múltiples llamados de los animadores y el staff, lo convencieron de posar junto a El Puma. El zarpazo fue notorio: la Quinta Vergara bailó al ritmo del «Pavo Real» en el cierre de transmisiones.
Hay dos certezas luego de esta icónica escena, en la que también figuró un joven Miguel Bosé. Hasta la fecha, Julio Iglesias no ha vuelto a pisar el escenario del Festival de Viña, mientras que Rodríguez tuvo tres asistencias más.
Y la rivalidad también es un modelo de negocio, porque ambos se encontraron en el Festival Acapulco para interpretar «Torero», la canción que comercializaron a inicios de los 90 y en los que se autocompadecen por la mujer que les tocó.
5. El «quita fuego» de Gloria Gaynor
Gloria Gaynor fue uno de los números estelares del Festival de Viña de 1980, pero también ofició como prevencionista de riesgos. En ese entonces, la galería de la Quinta Vergara se extendía por el cerro y se ubicaba en medio de los árboles, no como en la actualidad, en donde está todo delimitado y con cemento.
Y, por supuesto, no existían los teléfonos celulares con linterna para alumbrar, sino encendedores y antorchas. Se trataba de un gesto tan común como peligroso, y Gloria Gaynor se asustó. Mientras interpretaba su hit «I Will Survive», dejó de cantar, paró la orquesta y emplazó al Monstruo.
«En primer lugar, quita fuego, porque es muy peligroso para mis amigos«, exclamó la diva con su español estadounidense. Cuando disminuyó la cantidad de antorchas encendidas, y en medio de la ovación de los presentes, retomó el canto.
6. The Police, una banda de altos niveles… de éxito y alcohol
Al año siguiente de la edición de la «plata dulce», en el Festival de Viña de 1982, se vivió un curioso momento televisivo. La ausencia de grandes conciertos en el país, producto de la dictadura militar, hizo que el certamen se convirtiera en una plataforma primordial de la música. Así fue como llegó The Police, cuya visita no tuvo cobertura mediática.
La banda que lideraba Sting ya contaba con cuatro álbumes de estudio. La presentación fue en plan «novedad», ya que no eran muy conocidos en Chile, país en el que primaban otros sonidos y estilos. Sin embargo, tuvieron una buena recepción y su visita pasó a la historia años después.
Aunque no todo fue buena onda, ya que ocuparon el sector de animación de Antonio Vodanovic. Según él mismo contó a Canal 13, dicho lugar estuvo lleno de latas de cerveza «y el resto me lo guardo». Lo cierto es que también fue un número económico para la organización.
A propósito: Sting volvió a la Quinta Vergara el año 2011, en una emotiva presentación.
7. Mr. Mister y el mensaje político que desató la polémica
Uno de los momentos televisivos del Festival de Viña que puso en tensión a los organizadores fueron las palabras de Mr. Mister, banda que llegó al certamen principalmente por su hit «Broken Wings». Fue el año en que se palpitaba el plebiscito de octubre y en el que un grupo de actores y actrices fueron amenazados de muerte por agentes de la dictadura.
El vocalista Richard Page, al comparecer ante el público, dice las siguientes palabras: «Un saludo para todos ustedes. Un saludo para los actores chilenos amenazados de muerte, los artistas del mundo estamos con ellos«.
La frase se dijo durante los comerciales y no salió por televisión, pero sí se emitió la aclaratoria obligada de Page, quien dijo «no somos políticos» y que solamente estaban haciendo un espectáculo musical. Ello, bajo amenazas de parar el show por parte de la organización. Al final todo quedó en un «malentendido», como dijo públicamente la alcaldesa de ese entonces, Eugenia Garrido.
8. «La voz del pueblo»
Sin duda, la edición 1988 fue complicada en muchos aspectos. Especialmente, por la participación de José Luis Rodríguez, quien se subió por tercera vez a la Quinta Vergara. Apenas comenzó su actuación, el Monstruo exigió la Gaviota de Plata, que en ese entonces -y no como ahora- estaba reservada a los ganadores de las competencias.
Para ello existía la Antorcha, pero «El Puma» guardó silencio tras recibir la segunda y dejó que el público hablara. Tomó el trofeo y dijo: «Si no quieren que reciba otra antorcha, no la recibo, me llevo esto. Y si la voluntad de ustedes es que me lleve una Gaviota, pero (por) las reglas no pueden o no exigen, pues sencillamente no acepto la otra antorcha».
En medio de las «negociaciones», Rodríguez suelta la frase que dejó en vilo a toda la Quinta Vergara, la organización, el control militar y un país reprimido: «A veces hay que escuchar la voz del pueblo, alguna vez«.
La presión del Monstruo y el artista venezolano forzaron la entrega de la Gaviota. Sin duda, no solamente fue un momento televisivo, sino también político. Y de gran calibre.
9. Gloria Trevi, con todo
La combinación fue notable. Ropas rasgadas, botas tex-mex, pelo largo y abultado, voz ronca y potente, batería rockera, botellas de agua, el viento que levantaba la falda y dejaba ver su tanga negra. En el Festival de Viña de 1993, Gloria Trevi dejó la grande sobre la Quinta Vergara, con su hitazo noventero «Pelo suelto». «Si dicen blanco, yo les digo NEGRO», fue la dinámica de la cantante mexicana con la que prendió al público.
El destape en general estaba en pañales, en el contexto de la delicada transición. Gloria Trevi agitó su conocida melena y barrió -literalmente- el escenario. También hizo algunas locuras sobre el escenario: trepó por una de las estructuras de la Quinta, cantó arriba de los parlantes y le quitó la ropa a un hombre sobre el escenario. Toda una rockstar latina que suscitó una ola de comentarios y chistes que marcaron a la generación de los 90.
Volvió en 2013, ya madura y con el peso de su encarcelamiento por presunta corrupción de menores, arrastrada por los ilícitos de su expareja Sergio Andrade. Lejos del rock y más cerca del glam y los brillos con «Y todos me miran», la artista se lució con cambios de ropa, una voz impecable y una emotiva presentación.
10. La loca presentación de Faith No More
En 1991 se produjo una visita tan impactante como sorpresiva: la presentación de Faith No More, en la que Mike Patton desordenó el backstage y despeinó al hasta entonces incólume Antonio Vodanovic.
Tras cautivar al público juvenil con los éxitos del momento, el Monstruo premió al grupo con la Gaviota y Patton le dio un beso en la mejilla a Vodanovic, un gesto llamativo para la época. La delicada transición, una vez más, telón de fondo de esta y otras formas de destape.
Más tarde se supo que el autor intelectual de esta sacudida fue el escritor Alberto Fuguet, amigo de Mike Patton. Así lo confesó el propio escritor en Yo amo los 90, programa compilatorio de Canal 13.
11. «Ya nada es importante», Keko Yunge ft. Marcelo Barticciotto
El planeta fútbol también tiene mucho de arte. Hasta el día de hoy, la hinchada del balompié y la música recuerda aquel dúo conformado por Keko Yunge y Marcelo Barticcioto, para interpretar «Ya nada es importante«, una balada acústica que se convirtió en un hit de fin de siglo.
En el Festival de Viña 2020, el humorista Pedro Ruminot reeditó este cruce de voces junto a su ídolo albo, con una versión que incluyó guitarras y la orquesta de Carlos Figueroa.
12. El «Bolocazzo»
Un año antes del arribo definitivo de los programas de farándula criolla, ocurrió un hecho que acaparó la atención de los espectadores del Festival de Viña. En la noche inaugural, Cecilia Bolocco realizó un comentado baile que más tarde se convertiría en el «Bolocazzo».
¿Qué pasó? Un diario publicó una fotografía en la que la ex Miss Universo apareció con la pierna levantada, supuestamente mostrando sus partes íntimas. Tras el revuelo mediático que generó la escena, 21 años después, Cecilia Bolocco contó su verdad sobre la imagen.
«Con respecto a esa polémica, la verdad es que siempre me pareció tan raro todo, porque son unas mallas especiales. O sea, esa foto sin lugar a dudas está trucada«, sostuvo Cecilia, en alusión a una prenda que cubría su zona pélvica.
13. El llanto de Xuxa y el «Ilarié» sexual
Xuxa se hizo popular en Chile a inicios de los años 90. Su nombre era impronunciable o buscaban formas de hablar de la diva brasileña sin decir aquella palabra, que empieza con «chu» y termina en «cha». Pero el problema de la artista no era precisamente aquello, sino su canción «Ilarié», propensa a los chistes sexuales.
¿Qué responden ustedes cuando la canción dice «Ilaria-rié»? Esa fue la gran valla que debió sortear la cantante, porque el verbo «chupar» es una grosería que se entiende perfecto en Chile y en Brasil. En el Festival de Viña del año 2000, el primero del milenio, la actuación de Xuxa resultó incómoda para ella y para el mismo Monstruo.
Al principio, Xuxa no entendía nada de lo que decía el público y, asustada, creyó que la odiaban. A esto se suma que su hija Sasha estaba presente en la Quinta. Lo peor fue que Antonio Vodanovic hizo que cantara una vez más el coro de «Ilarié». A capela. El «chúpalo» se escuchó perfecto, lo que produjo un quiebre irreversible entre la intérprete brasileña y sus «bajitos», en ese entonces adolescentes. Nunca más volvió a visitar Viña.
14. Enrique Iglesias y el lanzamiento de gaviota
Sin duda, este es el momento televisivo más polémico y peligroso en la historia del Festival de Viña. Otro de los hitos del año 2000 fue cuando Enrique Iglesias, vestido con la camiseta de la Selección Chilena y muy eufórico, ganó la Gaviota de Plata. No se le ocurrió nada mejor que tirarla al público: consideremos el peso y las alas afiladas del ave.
«No, pero qué está haciendo», exclamó una nerviosa Cecilia Bolocco, quien corrió por la pasarela del escenario para buscar el trofeo. Finalmente, una de las dos fanáticas que resultó herida ayudó a devolver la gaviota, intentando contener la sangre que salía de su labio. En ese momento, el Monstruo de dos cabezas se dividía entre la adoración a Enrique Iglesias y el abucheo por lastimar al público.
El artista español no ha vuelto al festival hasta la fecha, pese a que en la última década incursionó en el pop urbano y le fue bastante bien. No fue una experiencia religiosa estar sobre la Quinta Vergara, sino más bien infernal.
15. El «Marlenazo»
Desde que la organización confirmó a Marlen Olivari como jurado, se encendieron las alarmas de la farándula criolla. La edición fue caótica para toda la televisión y en especial para la propia modelo. Mientras transcurrían las actividades del Festival de Viña 2007, se hizo público el quiebre amoroso de la ex Morandé con Compañía, quien estaba casada con su manager Roberto Dueñas.
El acabose se produjo en una de las noches festivaleras, mientras Tonka Tomicic y Sergio Lagos presentaban al jurado. Marlen estaba situada entre Felipe Camiroaga y Luis Jara. Hizo un movimiento para acomodar el escote, muy pronunciado, y parte de su pezón logró verse en pantalla.
Recientemente, en Juego Textual, Marlen Olivari negó que su «Marlenazo» fuera intencional. «No fue porque me lo hayan dado como idea. Lo que pasó es que el escote era demasiado chico y me tiré el vestido para abajo», se excusó sobre aquel gesto que le valió portadas y largas conversaciones en los paneles de farándula.
«Encuentro que los chilenos han sido súper exagerados con este tema, porque se salió algo muy chiquitito», cerró la diva.
16. El trono de Daddy Yankee
Hasta la fecha se utiliza esta escena como un meme reivindicatorio. Daddy Yankee apareció en el escenario de la Quinta Vergara, en la edición 2006, desde arriba sentado en un trono metálico. De este modo, el reggaetonero marcó territorio y se presentó como el rey que sigue siendo.
17. Los Kramerazos
No era mucha la fe que le tenían a Stefan Kramer en su primera presentación en el Festival de Viña, ya que utilizaría una herramienta que fue más allá del cuentachistes: la imitación. Y es que el despliegue del «hombre de las mil caras» fue tan notable que su rutina salió por televisión durante meses.
Con una treintena de personajes y un cuerpo de bailarines, que integró también su esposa, Paloma Soto, Kramer dejó la escoba con su hilarante performance. Repetiría la experiencia 10 años después, en el año 2018. Y más tarde, en el 2020, su guion se basó en el estallido social. con la participación especial de la Tía Pikachu, Sensual Spiderman y Pare-man.
18. La novia sangrienta
Sin duda, un bochorno bien cantado. Y es que nadie puede dudar de la calidad vocal de Anahí, sobre todo en una canción tan difícil como «Él me mintió» de Amanda Miguel. El problema fue el vestuario y la improvisada coreografía.
La integrante de RBD apareció sobre el escenario con un vestido de novia, sangre falsa por la espalda y «acuchillada». La interpretación salió bien, no así la actuación, que sobrepasó fronteras y se comentó en todas partes como lo que fue: un bochorno.
19. Las caras largas de Maroon 5
El gran número anglo de Viña 2020, que parecía de lejos un gran acierto, era Maroon 5. Sin embargo, todo salió mal para el grupo que lidera Adam Levine. Se presentaron con 40 minutos de atraso, se subieron al escenario con las peores caras posibles, el atuendo de Levine parecía devorado por el cloro y la impresión fue de mala gana.
El público en la Quinta Vergara coreó y fue feliz, pero las exigencias de la banda impidieron el gesto de las gaviotas. Incluso se habló de que nadie podía mirarlos al rostro. Lo demás fueron pifias, comentarios en Twitter y el ejercicio de la cultura de la cancelación, ya en boga en ese entonces.
Foto: Agencia Uno / Leonardo Rubilar
20. Adiós, Anthony
La noche del 23 de febrero de 2004, cuando Antonio Vodanovic despidió a Safri Duo, nadie pensó que podía ser la última para el animador, quien estuvo en dicho puesto desde 1976. Más tarde, confirmaría su retiro definitivo del Festival de Viña, para dar paso a nuevas figuras y así por fin tener un verano para él.
En la edición 2009, en la que el certamen cumplió 50 años, el Monstruo por fin pudo tributar a su domador. Vodanovic recibió un sentido homenaje por la entrega y la solemnidad que otorgó a un Viña cada vez más cambiado.
«Buenas noches, Quinta Vergara. Buenas noches, Chile. Buenas noches, América. Quién lo diría, que un día como hoy, nos volveríamos a encontrar», fueron las palabras de Anthony durante el homenaje.