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El «comandante Ramiro» y su primo Arturo Norambuena

Mucho antes de ser uno de los líderes del FPMR, Mauricio Hernández Norambuena destacó en el fútbol y el voleibol. Su pasión por el balompié la heredó uno de sus primos menores.

El «comandante Ramiro» y su primo Arturo Norambuena
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Por Cristián Arcos

Antes de ser el "comandante Ramiro", Mauricio Hernández Norambuena era simplemente el Mauro, un porteño nacido y criado en el Cerro Esperanza, corazón del Gran Valparaíso.

Mucho se ha escrito respecto a la pasión por el fútbol de los hermanos Hernández Norambuena, porque la historia de Mauricio no se entiende sin conocer la de su hermano mayor, Iván. Pero también existe un vínculo desconocido por muchos.

El fervor por el juego fue heredado por uno de sus primos, más pequeño, nacido en Valdivia y que alcanzaría una respetable trayectoria como jugador profesional: Arturo Norambuena, conocido como “El Ingeniero del Gol”. Primo hermano del futuro comandante Ramiro, Arturo Norambuena Ardiles fue un futbolista con una biografía atípica en un deporte donde la mayoría de sus protagonistas provienen de los estratos más populares y con menos instrucción.

"Lo recuerdo como uno de los primos grandes que a veces nos cuidaba cuando éramos chicos. Siempre fue muy cercano a los deportes, en especial al fútbol y al voleibol", recordaba el atacante en una entrevista concedida a Chilevisión en su mejor período como jugador, cuando brillaba en la Universidad Católica y era considerado por la Selección.

El vínculo se fue disipando con los años pues sus derroteros transitaron porcaminos muy disímiles, pero Arturo Norambuena jamás ha renegado de su primo hermano.

El "ingeniero del gol" no hizo cadetes, ni divisiones inferiores, ni juveniles. Se tituló como Ingeniero Forestal en la Universidad Austral, con sede en su natal Valdivia. Siempre mostró habilidad para los deportes, sobre todo para el tenis y el fútbol. Lo dudó, pero se inclinó por este último para defender los colores de su casa de estudios en el Nacional Universitario de 1991. Su espigada estatura y potencia lo transformaron en la figura de ese certamen. Campeón y goleador, una verdadera celebridad local. Pero este título no fue suficiente para convencerlo que el fútbol y no la ingeniería sería su profesión.

Pasaron cinco años para que se enrolara en un equipo. Fue Iberia de Los Ángeles, en la Tercera División. Tenía 25 años, edad ya madura para ser una promesa del balompié. Sus goles llamaron la atención de los equipos capitalinos y en menos de cuatro años pasó por Santiago Morning, Audax Italiano y la Universidad Católica, donde consiguió los títulos del Campeonato de Apertura 2002 y Clausura 2004. Incluso tuvo participaciones en la selección nacional, con un punto alto en las eliminatorias rumbo al Mundial de Alemania 2006. La Roja venía de empatar 2-2 contra la Argentina de Marcelo Bielsa en Buenos Aires cuando enfrentó a Perú en la cancha del Estadio Nacional.

Arturo Norambuena ingresó en el segundo tiempo cuando el partido estaba igualado a un gol. A los 69 minutos anotó mediante golpe de cabeza, su especialidad. El entrenador del equipo era Juvenal Olmos, su técnico en la UC.

El título del Orompello

También se ha escrito bastante sobre el pasado como futbolista amateur de Mauricio Hernández Norambuena. Nada mejor que lo relatado por el autor nacional Nicolás Vidal en su libro "Cambio de Juego", selección de crónicas desconocidas conectadas al fútbol chileno. En su capítulo titulado FPMR Fútbol Club, se cuenta en detalle cómo los hermanos Hernández Norambuena, Iván y Mauricio, comenzaron a jugar fútbol desde muy pequeños, cuando vivían en la Población Lord Cochrane y defendían al Deportivo Recreo. Ambos eran apasionados hinchas de Colo Colo. Óscar Gallardo, el mismo que descubrió en los cerros porteños talentos como David Pizarro, Claudio Núñez, Reinaldo Navia y Eugenio Mena, llevó a los hermanos a jugar al Orompello, histórico club de Valparaíso. Allí coincidieron con dos amigos que luego también se unirían a las filas del Frente: los arqueros Fernando Larenas y Mauricio Arenas.

Siguiendo la pluma de Nicolás Vidal nos enteramos del épico título alcanzado por el Orompello, con Iván Hernández Norambuena jugando como central y su hermano Mauricio oficiando de lateral derecho. Vencieron en la final regional a Quintero Unido por 3-2, un partido donde el futuro comandante Ramiro fue expulsado por juego brusco.

Tras el título, fueron incluidos en la selección porteña que jugó el Nacional de Fútbol Amateur de 1977, disputado en la salitrera Pedro de Valdivia, compartiendo plantel, entre otros, con Juan Carlos Letelier, quien cinco años después estaba jugando un Mundial en España defendiendo la Roja de Chile.

Los hermanos jugaban bien. Quintero Unido consiguió el concurso de Iván Hernández Norambuena para defenderlos en Tercera División en 1982, logrando el ascenso de categoría, sin embargo no pudo jugar en Segunda División pues fue detenido en una redada y enviado relegado a Taltal. Mauricio se incorporó a Iván Mayo, también en Tercera División, equipo que hacía de local en la cercana Villa Alemana.

Uno de los episodios más hilarantes narrados en "Cambio de Juego" es cuando Mauricio Hernández Norambuena, ya convertido en el "Comandante Ramiro", se escapa para jugar la final de un torneo amateur defendiendo al San Francisco. Jugó, ganó y regresó a su escondite clandestino. El problema es cuando al día siguiente fue reprendido duramente por Raúl Pellegrin, "Rodrigo" o "Comandante José Miguel", máximo líder del FPMR.

¿La razón? En el diario La Tercera aparecía la imagen nítida de Ramiro levantando el trofeo de campeones. En el pie de foto se leía su nombre, Mauricio Hernández Norambuena. Su identidad ya no era un secreto.

El 20 de agosto regresó al país, extraditado desde Brasil. Está recluido en la cárcel de Alta Seguridad, la misma desde donde se fugó en 1996. Había sido condenado en Chile a dos cadenas perpetuas por su participación en la muerte del senador Jaime Guzmán y el secuestro de Cristián Edwards. Su hermana Laura fue a visitarlo. Aseguró que le había solicitado sólo dos cosas: una torta de merengue con lúcuma y una pelota de fútbol para volver a jugar.

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