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Ganadora del Global Teacher Prize: «Muchos niños me dicen ‘tía, yo no puedo comprar una bolsa de internet porque necesito comer'»

Nadia Valenzuela, profesora de la Escuela Lucila Godoy Alcayaga y ganadora de la versión 2019 del premio a los docentes, contó en Ciudadano ADN su experiencia acompañando a alumnos de su comuna que están viviendo serias dificultades debido a la pandemia. "Si estudiamos pedagogía es porque tenemos un compromiso con la sociedad", expresó.

Ganadora del Global Teacher Prize: «Muchos niños me dicen ‘tía, yo no puedo comprar una bolsa de internet porque necesito comer'»

Ciudadano ADN - Profesora de Angol, ganadora del Global Teacher Prize, sale a entregar alimentos a sus alumnos: "Muchos niños me dicen 'tía, yo no puedo comprar una bolsa de internet porque necesito comer'"

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Hasta el 9 de septiembre hay plazo para enviar las historias y testimonios de los profesores que están cambiando al mundo para el reconocimiento Global Teacher Prize. 

Por eso, en Ciudadano ADN conocimos la historia de Nadia Valenzuela, profesora de la Escuela Lucila Godoy Alcayaga de Angol y ganadora del año 2019. «Ha sido algo totalmente inspirador, un reconocimiento que me ha permitido relevar la función que hacemos las mujeres en ciencias. Espero que muchas mujeres se hayan sentido identificadas. Ha sido la experiencia más significativa de toda mi vida», expresó.

Para Nadia, «lo más importante es que la sociedad ha valorado mucho más lo que hacemos los profesores en este contexto de pandemia». La docente piensa que «como sociedad no estábamos preparados para la teleenseñanza. Yo trabajo en un entorno de extrema vulnerabilidad y no me puedo dar el lujo de, si un niño no puede conectarse a internet, dejarlo. Entonces voy a las casas, tomando todos los resguardos sanitarios. Son adolescentes y en las casas hay muchas dificultades, desde falta de alimento hasta contención emocional. Tengo que estar ahí».

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Nadia cuenta que «me lo paso en la calle desde las nueve de la mañana hasta las seis de la tarde» conociendo la situación de sus alumnos, lo que derivó en la creación de una campaña solidaria de recolección de alimentos, que está llevando a cabo desde marzo. «Ya he entregado cerca de 300 canastitas de amor», relata. «Yo soy mamá y sería terrible saber que en tu casa falta algo. Muchos niños me dicen ‘tía, yo no puedo comprar una bolsa de internet porque necesito comer’. Y yo no puedo enseñarle a un niño que tiene hambre».

La experiencia «ha sido agotadora, pero inolvidable», según expresó Nadia, que es profesora hace 15 años, «y esto va a quedar marcado a fuego en mi vida. No solo estoy entregando conocimiento, sino acompañamiento y contención emocional». Una situación que, para sus alumnos, ha ido cambiando. «Marzo fue genial, todos lo veían como un juego, pero ya estamos entrando en agosto y la cosa está más compleja. No pueden salir al patio».

«Los profesores somos agentes de cambio. Si estudiamos pedagogía es porque tenemos un compromiso con la sociedad», enfatizó Nadia. «Tenemos que entregar una generación de personas que van a ser el futuro de nuestro país. No puedo decir hasta aquí nomás llego, tengo que estar en la calle, con los niños, ver qué está pasando». La docente invitó a otros colegas a seguir su ejemplo. «Siempre hay un profe que marca tu vida para bien, así que que se atrevan».

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