Estudio preliminar en ratones: científicos vinculan el meterse los dedos a la nariz con una grave enfermedad
Aunque el estudio se realizó en roedores, la evidencia sugiere que los humanos compartimos las mismas vías nerviosas que podrían ser explotadas por patógenos externos si se dañan los tejidos protectores.

Nose with eyes / kgfoto
Una investigación liderada por científicos de la Universidad de Griffith en Australia ha encendido las alarmas sobre un hábito común pero potencialmente peligroso: hurgarse la nariz. Según un estudio publicado en la revista Scientific Reports y reseñado por ScienceAlert, dañar los tejidos internos de la nariz podría facilitar el desarrollo de patologías similares al Alzheimer.
Aunque los experimentos se realizaron en ratones, los hallazgos ofrecen una nueva perspectiva sobre cómo se inicia esta enfermedad neurodegenerativa. El equipo demostró que la bacteria Chlamydia pneumoniae —conocida por causar neumonía e infecciones respiratorias— puede utilizar el nervio olfativo como un “atajo” para viajar directamente desde la cavidad nasal hasta el cerebro, eludiendo la barrera hematoencefálica.
El mecanismo de la infección
El estudio reveló que cuando se daña el epitelio nasal (el tejido delgado que recubre el interior de la nariz), las infecciones nerviosas empeoran drásticamente. En los ratones, la bacteria logró invadir el sistema nervioso central en un periodo de entre 24 y 72 horas.
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Lo más preocupante fue la reacción del cerebro ante esta invasión: las células cerebrales comenzaron a depositar proteína beta-amiloide, cuya acumulación en forma de placas es uno de los signos distintivos del Alzheimer en humanos. “Somos los primeros en mostrar que la Chlamydia pneumoniae puede subir directamente por la nariz y entrar al cerebro, donde puede desencadenar patologías que se parecen al Alzheimer", explicó el neurocientífico James St John.
Advertencia para humanos
Si bien los investigadores enfatizan que el estudio se realizó en modelos animales y se necesita confirmación en humanos, la anatomía básica y la presencia de los mismos nervios sugieren que el riesgo es plausible. De hecho, esta bacteria ya ha sido encontrada en la mayoría de los cerebros humanos afectados por demencia de inicio tardío.
Ante esto, los expertos recomiendan precaución. “No queremos dañar el interior de nuestra nariz, y hurgarse o arrancarse los pelos puede hacer eso”, advirtió St John. “Si dañas el revestimiento de la nariz, puedes aumentar la cantidad de bacterias que pueden subir a tu cerebro”.
El equipo planea futuros estudios en humanos para confirmar si esta misma vía opera de manera idéntica, pero por ahora, el consejo es claro: proteger la salud nasal podría ser un factor inesperado en la prevención de enfermedades cerebrales a largo plazo.
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