Exjugador de la NBA sorprende con su nueva pasión: El ajedrez, y asegura que caer en el tablero es más duro que perder en al cancha
Se trata de una estrella de Chicago Bulls que busca generar un impacto social en esta nueva disciplina.

IA
Cada vez falta menos para que comience la temporada 2025-26 de la NBA y los diferentes equipos se van poniendo al día para competir de la mejor manera.
Pero durante la espera salen a la luz diversas noticias relacionadas al mundo del baloncesto, incluso en torno a jugadores ya retirados pero que dejaron una huella imborrable.
Entre las novedades más llamativas, y alejadas de las polémicas, se suele hablar bastante del camino que tomaron los exjugadores estando alejados de las canchas a nivel profesional.
Bajo este escenario, durante las últimas horas se dio a conocer el caso de una estrella de Chicago Bulls que hoy brilla como jugador de ajedrez.
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Se trata nada más y nada menos que de Derrick Rose, quien siempre se distinguió por romper los moldes en la National Basketball Association. Hoy no es la excepción y capta la atención en un deporte diferente.
El acercamiento comenzó en sus años finales como profesional, cuando buscaba una forma de sobrellevar las extensas horas de rehabilitación tras sus duras y reiterativas lesiones.
Lo que en un inicio fue una distracción terminó convirtiéndose en una pasión que hoy lo define. “Después del primer movimiento hay tres o cuatro millones de posibilidades. Cuando entendí eso, me intrigó profundamente”, relató el exjugador.
Según Rose, el ajedrez le dio una nueva perspectiva sobre la vida: “El ajedrez me enseñó que cada movimiento importa, que cada elección abre opciones y que en cada una tienes que decidir. Es un juego que me obliga a ser paciente y consciente”.
La intensidad con la que vive esta disciplina es tal que, incluso, admite que perder en el tablero lo golpea más que una derrota en la cancha.
“Perder en ajedrez es mucho más duro que perder en baloncesto. Suena raro decirlo, pero el ajedrez es más íntimo. Cuando caigo rápido en una partida, me queda dando vueltas por horas”, confesó.

Una apuesta por la comunidad
Más allá de su desarrollo personal, Rose busca que esta pasión tenga un impacto social. Su objetivo es que el ajedrez funcione como una herramienta de transformación en barrios como Englewood, en Chicago, donde él mismo creció.
“Muchos chicos reaccionan sin pensar, y esa reacción puede costarles la vida. Yo quiero que aprendan a detenerse, a ser pacientes, a pensar varios movimientos por delante”, explicó.
Con esa misión creó Chesstival, un festival que fusiona deporte, cultura y beneficencia, en el que se ha asociado con grandes nombres como Magnus Carlsen para llevar el ajedrez a nuevas audiencias.
“Creo de verdad que Chesstival es uno de los grandes cambios de paradigma en la historia del ajedrez. Es hora de que los jugadores sean vistos y valorados como se merecen”, afirmó.

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