La actriz Claudia di Girolamo, expareja de Cristián Campos, habló públicamente sobre el caso en que su hija Raffaella lo denunció por abusos sexuales ocurridos entre 1989 y 1995, cuando era menor de edad. Esto, luego de que la Corte Suprema confirmara en septiembre el sobreseimiento por prescripción, pese a que un fallo anterior acreditó los hechos.

El 29 de mayo de 2025, el juez Edgardo Gutiérrez dio por probados tres episodios de connotación sexual: el primero en 1989, cuando la víctima tenía 11 años; un segundo entre 1991 y 1992, a los 13–14 años, “bajo la excusa de realizarle masajes asociados a un curso que el imputado decía cursar”; y un tercero en 1995, “consistente en dormir desnudo, con su cuerpo en contacto con el cuerpo de la víctima, sin que esta última se percatara de esta situación”.

“Hay un solo fallo que determina que los abusos sí ocurrieron. El juez estableció siempre una instancia profunda y democrática, entregando una oportunidad equitativa a la presentación de pruebas, de testigos, testimonios a ambas partes”, afirmó la actriz en conversación con The Clinic.

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Sin embargo, luego cuestionó la decisión de las cortes superiores: “En estas últimas dos instancias vimos la peor cara de la justicia, que es la indiferencia, y que da pie a la impunidad y a que personas que cometieron delitos tan graves como este puedan malinterpretar y tergiversar esta resolución y lo entiendan como un fallo o una declaración de inocencia”, dice.

“Yo no leo en ninguna parte de la resolución de la Corte Suprema la palabra ‘inocente’ o ‘inocencia’. Él es un abusador con todas sus letras”, enfatiza.

“Ahí el sistema cojea y cojea mal, porque hace que quede el camino libre para que pedófilos, maltratadores, violadores y golpeadores queden impunes y puedan obrar con total libertad. Muchas personas que fueron o ahora mismo son víctimas de abuso ven este caso y dicen, y ahora a dónde puedo ir o quién me va a dar una mano, quién me va a creer, quién me va a escuchar”, dice.

El relato de un abuso

También recordó el episodio más comentado del caso, cuando sorprendió a Campos en la cama de su hija. “Ha estado en mi vida constantemente y que siempre aparece y desaparece. No es algo que haya recordado de pronto, es algo que siempre ha estado en mí por muchas razones; por lo brutal y fuerte que es, por mi incapacidad de reaccionar y porque, finalmente, dio cuenta de algo que yo no sabía que estaba ocurriendo: el abuso”, señaló.

“Hay que tomar en cuenta que un abusador no da señales evidentes; actúa en las sombras, en la confianza, en el cobijo, en el amor. Si lo hubiese identificado como una señal, esta historia sería otra”, comentó.

Finalmente, pidió que la voz de su hija sea la prioridad: “Se pueden tocar muchos temas aún, pero todavía no es tiempo de anunciarlos. Yo creo que ahora hay que escuchar a la Raffa, escuchar su parecer y respetar su proceso de sanación, respetar su corazón y su mente. Tuvo la valentía de hacer ese video, de dar una entrevista clarísima y que da cuenta de su autoestima y de lo entera que está como persona y mujer profesional. Por eso ahora y siempre yo prefiero escucharla y respetar lo que ella quiera hacer”.