VIDEO. Trece niños en una casa sin baño ni comida: la denuncia por maltrato animal que destapó un infierno doméstico en Ohio

La patrulla llegó por los perros y se encontró con los niños. Fue el domingo 10 de agosto, poco después de las 18:30, cuando agentes de la Policía de Toledo, Ohio, acudieron a una vivienda ante una denuncia por maltrato animal. Al abrir la puerta, el olor los golpeó primero. Después, la escena: trece menores de catorce años viviendo entre insectos, heces en el piso y sin un sanitario ni ducha en funcionamiento, según dejaron asentado en documentos judiciales.

Las cámaras corporales registraron la reacción instintiva de los policías al cruzar el umbral: respiraciones cortas, miradas de alerta, voces bajas que trataban de no sumar más ruido al desorden. Los niños, “muy sucios”, parecían no haberse bañado en días; varios presentaban “múltiples picaduras de insectos”. En la cocina no había comida almacenada. Sobre el piso, animales no atendidos habían dejado su huella. “Aunque un adulto decida vivir así, los niños no eligieron esto”, se escucha decir a un agente en los videos difundidos por la policía.

La casa, construida en 1918, tiene tres habitaciones y un baño, de acuerdo con el Auditor del Condado de Lucas. Es un dato frio que contrasta con el relato de los intervinientes: un domicilio pequeño, viejo, convertido en una trampa para la salud. No había baño operativo ni ducha; no había alimentos. Sí, en cambio, una infestación de insectos y el testimonio silencioso de la suciedad generalizada.

Tras el operativo, tres adultos —todos residentes en el lugar— fueron arrestados. Angel Lambert, de 32 años, fue acusada de ocho cargos por poner en peligro a menores; Cassandra A. Lambert, de 27, y Ángel Oliveri III, de 25, enfrentan cinco cargos cada uno por el mismo delito. El lunes, ante el tribunal, los tres se declararon no culpables y quedaron en libertad bajo palabra con la prohibición expresa de mantener contacto con los niños.

La investigación estableció que Angel Lambert es madre de ocho de los menores; los otros cinco son hijos de Cassandra Lambert y de Oliveri. No era la primera vez que la policía cruzaba su nombre: en 2022, Lambert había sido condenada por poner en peligro a menores en un caso similar, con una pena de prisión suspendida, un año de libertad condicional y la obligación de cursar clases de crianza.

Los Servicios de Protección Infantil del condado asumieron la custodia temporal de los trece niños. Un portavoz informó que se evalúan medidas para asegurar su bienestar a largo plazo. Un familiar, citado por WTVG, aseguró que los menores se encuentran con parientes y reciben atención adecuada. Es la urgencia después de la urgencia: poner a salvo, estabilizar, reconstruir rutinas básicas —comer, dormir, ir a la escuela— que en esa casa habían quedado arrasadas.

“¿Crees que estas condiciones de vida son aceptables para niños?”, preguntó un agente a uno de los adultos, según los videos publicados. “No, no lo creo”, respondió Oliveri. La frase suena como una admisión tardía en un escenario que, de acuerdo con ABC News, exhibía elementos objetivos de riesgo: insectos, excrementos, hacinamiento, falta de higiene y de alimentos.

El caso seguirá su curso entre tribunales y audiencias, informes sociales y evaluaciones médicas. Pero deja, también, un recordatorio incómodo: muchas veces, las puertas se abren por un motivo —maltrato animal— y dejan ver otros —maltrato infantil— que estaban esperando, a oscuras, que alguien entrara. En Raymer Boulevard, los policías fueron buscando a los perros. Los niños los encontraron a ellos.