¿Por qué algunas personas evitan saludar? Esto dice la psicología
Especialistas explican cómo un gesto tan simple como saludar refuerza la convivencia y puede impactar el bienestar emocional.
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Saludar es un gesto universal que conecta a las personas desde tiempos antiguos. Desde levantar la mano en la Roma clásica hasta enviar un emoji en la era digital, el acto de reconocer al otro sigue siendo un elemento esencial de la convivencia. Sin embargo, no todos lo practican con la misma naturalidad, y evitar un saludo puede reflejar más que simple descortesía.
Según psicólogos como Sergi Rufi, de la Universitat de Barcelona, hay motivos personales y sociales que explican este comportamiento, siendo la ansiedad social uno de los más frecuentes. “Para quienes sufren este trastorno, incluso un simple saludo puede ser percibido como una situación amenazante, por el miedo al juicio de los demás”, señala el especialista.
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Otra causa habitual es la baja autoestima. Hay personas que, por inseguridad, sienten que no merecen ser vistas o reconocidas. Al evitar el saludo, refuerzan un círculo de aislamiento social que a la larga puede profundizar esa sensación de invisibilidad.
Pero no todos los casos responden a un problema emocional. En algunos contextos, no saludar es una forma de marcar distancia o indicar el cierre definitivo de una relación personal o profesional.
En cualquier caso, los expertos coinciden en que saludar no es un detalle menor. Más allá de su forma —un apretón de manos, una reverencia o un mensaje digital—, el saludo transmite respeto y refuerza la conexión humana.