A los 100 años fallece el compositor chileno Juan Orrego-Salas
Autor de más de un centenar de obras sinfónicas, vocales y corales, había recibido el Premio Nacional de Artes Musicales en 1992.
Una figura fundamental de la música chilena nos dejó ayer domingo 24, a la edad de 100 años. Juan Orrego-Salas, nacido en Santiago en 1919, fue una figura señera en la composición musical chilena por cerca de siete décadas.
Se formó con uno de los pioneros compositores en Chile, Pedro Humberto Allende, para tempranamente posicionarse en la década de los ’40 como uno de los compositores líderes de su generación, destacándose sobre todo por composiciones orquestales como su Obertura Festiva Op.21 y obras vocales como "Canciones Castellanas" Op.20, "Cantata de Navidad" Op.13 y el ciclo "El Alba del Alhelí" Op.29.
Perfeccionó sus conocimientos en Estados Unidos, junto a Aaron Copland, consiguiendo estrechos vínculos con compositores de aquel país, lo que después incidiría en su radicación allí, como fundador del Centro de la Música Latinoamericana de la Universidad de Indiana, en la ciudad de Bloomington.
Entre medio, fue uno de los fundadores de la Revista Musical Chilena, ofició como crítico musical, y participó muy activamente en la escena local, con numerosos estrenos, y organización de actividades musicales ligadas a la Universidad de Chile. También fue uno de los fundadores del actual Instituto de Música de la Universidad Católica de Chile.
Entre otros hitos creativos podemos mencionar sus sinfonías, sus conciertos, la cantata "América, no en vano invocamos tu nombre" con texto de Neruda. Incursionó en otros géneros a través de sus dos colaboraciones con el conjunto Quilapayún, de las cuales fue grabada "Un Canto para Bolívar".
En 1992 fue honrado con el Premio Nacional de Artes Musicales, y a partir de entonces retornó al país con bastante frecuencia, hasta que su salud se lo permitió. En enero de este año había cumplido 100 años y la Orquesta Sinfónica Nacional de Chile lo recordó interpretando la mencionada Obertura Festiva, misma pieza que la Sinfónica Nacional Juvenil llevó a su gira a Europa en agosto pasado.
Con su partida, perdemos un importante e histórico nexo a la rica vida musical chilena de hace medio siglo atrás, a la vez que un activo creador hasta el final de sus días, y uno de los compositores chilenos más interpretados.
