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Denis Villeneuve presenta Dune en Toronto: «Soñamos y diseñamos esta película para verla en Imax»

El director canadiense estrena por primera vez en formato Imax su superproducción de ciencia ficción en Toronto. En un conversatorio con las audiencias que vieron su película, Denis Villeneuve confirma que la Parte Dos de Dune debiese ser un plato principal al lado de este “appetizer” y considerada una obra maestra por la crítica. En Chile se estrena en octubre.

Denis Villeneuve presenta Dune en Toronto: «Soñamos y diseñamos esta película para verla en Imax»

El Festival de cine de Toronto no es solo el circuito donde podemos lo mejor de los mejores festivales del mundo, como Sundance, Berlín, Cannes y Venecia. También es un homenaje constante a los propios talentos y emprendedores canadienses que han contribuido y contribuyen a la historia del cine. De hecho, los canadienses se enorgullecen, por ejemplo, de ser los artífices del concepto cineplex o las multisalas en el mundo y también muestran orgullo con otro desarrollo: las pantallas IMAX, nacidas y desarrolladas en Canadá.

Y en la sala IMAX de Toronto, donde debutó en TIFF la superproducción Dune, del canadiense y dueño de casa Denis Villeneuve (Arrival, Blade Runner 2049), los organizadores del certamen hinchan el pecho para recibir en este gigantesco teatro a quien es quizás el director canadiense más reconocido a nivel global: Denis Villeneuve, quien acompañado de su estrella Rebecca Ferguson presenta a las audiencias esta última apuesta suya: llevar, de nuevo, a la pantalla grande el ambicioso libro Dune, de Frank Herbert y el arranque de una saga literaria de ciencia ficción que es a la vez la más vendida de ese género y la más premiada.

Pese a que la historia de Paul Atreides, un joven noble encarando el fin de su casta miles de años en el futuro, ya fue adaptada al cine en un fiasco financiero dirigido por David Lynch en los años 80, y pese a que el propio chileno Alejandro Jodorowsky intentó hacer lo propio sin éxito (les recomiendo el documental Jodorowsky’s Dune sobre su estéril gesta), Denis Villeneuve ha logrado pasar la prueba de la blancura: nada de la mala racha de sus predecesores se ha hecho parte en esta actual versión, una majestuosa y grandilocuente puesta en escena protagonizada por Timothée Chalamet como este nuevo Paul Atreides, el joven heredero de una casa que goza de popularidad en un Imperio Galáctico donde todo, su economía, política y vida social, gira en torno a la gracia y extracción de la valiosa especia, un recurso natural que permite viajar por el espacio sin moverse, que activa el comercio y cuya explotación solo ocurre en un planeta en todo el universo: Arrakis, un desértico mundo conocido como Dune.

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Paul Atreides y sus padres, el duque Leto Atreides (Oscar Isaac) y Lady Jessica (Rebecca Ferguson), dejan su consolidado feudo en el planeta Caladan para tomar posesión -por orden imperial- del planeta Arrakis y liderar así la extracción de la especia. Se trata entonces de un cambio de hogar, de una mudanza gigantesca a un nuevo territorio de parte de un héroe de 16 años y que Villeneuve muestra con consolidado estilo cinematográfico después de una carrera brillante y con títulos como Incendies (2010), Prisoners (2013), Sicario (2015), por mencionar algunos. En los últimos años este cineasta oriundo de Montreal ha cimentado una inesperada llegada a la ciencia ficción: su confesado género predilecto con Arrival (2016), Blade Runner 2049 (2017) y ahora Dune: Part One.

Es conocida su fascinación por esta novela de Frank Herbert, publicada por primera vez en 1965. Él mismo lo recuerda.

Leí por primera vez el libro cuando tenía unos trece o catorce años y creo que conecté profundamente con la soledad de Paul Atreides, teniendo la carga de una pesada herencia genética y familiar y la manera en que finalmente él encuentra confort y consuelo en otra cultura- explica a la audiencia de su película el director en TIFF al final de la función.

En Arrakis, la vida del joven protagonista, tanto en el libro como en la película de dos horas y treinta y cinco minutos de duración, da un giro de 180 grados cuando abandona su planeta natal Caladan, repleto de mares y tonos azules, y debe integrarse a la cultura de los Fremen, hombres de las arenas de Dune, con tal de sobrevivir.

-(Paul) hace las paces con la parte de su identidad estando en contacto con personas de otra cultura, eso fue muy conmovedor para mí en el libro- retoma el director.

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Hecha para Imax

La película es sorprendente desde el punto de vista de los decorados, gigantescas y reales estructuras que evitan la simulación de la vida a través de pantallas verdes o excesivo uso de CGI. Este no es un territorio amigable para Zack Snyder lovers si lo que se busca es estética de video juego hecho a la rápida.

El trabajo de Villeneuve es prolijo, realista y junto a su equipo realizador ha sido capaz de traducir las principales pulsiones de su fuente literaria: la crítica al sistema colonialista y al extractivismo en las páginas de la novela de Frank Herbert, sumado a viaje del héroe emprendido por su protagonista y las experiencias lisérgicas propias de los años 60.

“Soñamos y diseñamos esta película para verla en Imax”, dice el director sobre su concepción inicial de que esta experiencia de inmersión sensorial, con la espectacular banda sonora de Hans Zimmer, fuera proyectada en las enormes extensiones de ese tipo de pantallas. En Chile, por ejemplo, el estreno está programado para octubre.

Pero lo curioso y genial de esta estética con grandes y espectaculares paisajes recortando a seres ínfimos, es que los personajes no son tragados por el entorno. Todo lo contrario.

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Mi intención siempre es crear un montón de intimidad frente a la cámara y asegurarme que se produzca una burbuja alrededor de ella, como si fuéramos la más película independiente más pequeña– dice, aunque en el caso de Dune se trata de una super producción de US$160 millones que es cualquier cosa menos una cinta indie.

El director además señala que el formato IMAX permite esa combinación de enorme rango de los paisajes y, a la vez, lograr mediante primeros planos a los personajes una intimidad y conexión con la audiencia.

La influencia de Lawrence de Arabia

Al igual que Steven Spielberg, para Denis Villeneuve la película de David Lean, Lawrence de Arabia, resulta una enorme influencia en su cine en general y en su versión de Dune en particular:

-Es una de las películas que más me ha influenciado en mi vida. Recuerdo que la vi solo en un teatro inmenso de Montreal, sentado sin nadie más. Era una copia en 70 milímetros y la vi asombrado durante cuatro horas. Es una película muy importante para mí. De hecho, hice mi tesis sobre el lenguaje cinematográfico sobre ella, sobre el paisaje, el impacto de los lentes en el paisaje y los personajes, y la manera que usaba la profundidad de campo. Y como una coincidencia Frank Herbert fue muy influenciado por el libro Los Siete Pilares de la Sabiduría escrito por T.E. Lawrence (a quien interpreta Peter O’Toole en la cinta de Lean). Y Lawrence de Arabia fue filmada donde la real historia pasó, en Jordania. Y aunque no es LA razón principal, sí fue una de las razones que tuve para pensar que podría ser interesante volver a Jordania a rodar Dune: la familiaridad del paisaje y porque hay un montón de links entre la historia de Lawrence y la historia de Paul. Ambos son personajes que están yendo hacia una cultura que no es la suya, se enamoran de esa otra cultura, quieren traer algo bueno a esa otra cultura, pero ambos parecer ser solo instrumentos del colonialismo, lo que es trágico. Pienso que ambos personajes tienen una similar trayectoria.

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La versión de Dune de Villeneuve solo abarca la primera mitad de la novela de Frank Herbert. Si todo sale bien y el estudio autoriza la segunda parte, el director de Sicario promete más y mejor diversión.

-Lo que puedo decir de la parte dos es que si alguna vez pasa, será grandioso porque habrá más diversión. Porque la verdad en esta parte uno tuvimos que construir la fundación de este mundo para explicar a quien nunca ha leído el libro, de qué se trata este mundo, y cuáles son las diferentes familias, tribus y toda la geopolítica. Hay tantos elementos que necesitas entender. Pero estos elementos ya están ahí, explicados, lo que significa que en la segunda parte puede ser puro goce cinematográfico, podría ser una película mucho más dinámica. Esta primera parte podría lucir como un appetizer y el plato de fondo sería Dune Part 2. Esa es la verdad. Suena pretencioso pero es la pura verdad.

Revisa aquí el tráiler de Dune Part 2:

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